Las residencias harán una desescalada interna antes de abrirse a las visitas

Los directores de residencias de la tercera edad podrán decidir si comienzan la fase uno de desescalada «interna» en sus recintos, con opción de pasar a la etapa número dos una vez que hayan transcurrido siete días y se haya observado y comunicado la evolución de esta medida.

Este plan de desescalada interno en centros de mayores y de personas con discapacidad se pondrá en marcha con el fin de flexibilizar la situación actual de quienes habitan en estas instalaciones y mejorar sus condiciones de vida que han podido verse afectadas por falta de movilidad, entre otros aspectos.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, explicó que para acometer este procedimiento se ha efectuado una propuesta de zonificación de centros, que abarcarán los libres de Covid19 —sin ningún caso ni contagios en ningún momento—; zonas con coronarivus, con personas que tienen síntomas de esta enfermedad o compatibles con ella; y zonas de cuarentena, con aproximadamente el cinco por ciento de plazas, para los supuestos en que se detecte algún paciente y sea necesario su aislamiento para evitar la transmisión.

Tras dividir los centros en los que no tienen Covid-19, los que sí y las residencias mixtas —con algún caso—, el plan de desescalada interno se llevará a cabo en dos etapas con un periodo de diferencia de siete días entre cada una de ellas.

SALIDAS EN EL CENTRO

La primera etapa incluirá salidas de personas mayores o con discapacidad a espacios exteriores del centro, como jardines y patios, en los que podrán pasear con supervisión y acompañamiento en el caso de las personas no válidas y con un aforo máximo que determinen en las instalaciones de que se trate.

Blanco ha precisado que no pueden se iguales las medidas que se establezcan en centros que albergan treinta personas que en los que cuentan con doscientas y ha detallado que, si existe un elevado volumen de residentes, se pueden fijar turnos por franjas horarias o por días alternos, con salidas que oscilarán entre máximos de treinta o sesenta minutos.

Con estas salidas dentro del centro, se puede aprovechar para efectuar estiramientos, ejercicios de movilidad y fortalecimiento muscular, ha concretado. La consejera ha subrayado además que las sillas, bastones, andadores u otros elementos que utilicen los residentes en esos momentos deberán ser después desinfectados.

También se podrán recuperar espacios comunes, como los comedores, siempre y cuando se respeten con todas las medidas de seguridad necesarias, como la distanciá física mínima de dos metros, ha aclarado Blanco.

Una vez que transcurra una semana desde el inicio de esa fase, se haya constatado su evolución y se haya comunicado el resultado, se podrá pasar a la segunda etapa si el resultado de la primera ha sido favorable.

Esa segunda etapa comprenderá la habilitación de servicios como peluquería, podología y actividades de envejecimiento activo.

Para los nuevos trabajadores en los centros, será necesario efectuar una PCR, de detección molecular del coronavirus, antes de entrar al centro, ha aclarado la consejera.

Blanco ha recordado que desde el pasado 28 de abril que el Gobierno de España publicó el plan de transición a la nueva normalidad se estableció que no se podrán recibir visitas en las residencias con personas con discapacidad hasta la fase dos y en el caso de los centros de mayores hasta la fase tres.

Preguntada por cuantas quejas de familiares de residentes en centros de mayores ha recibido la Consejería sobre una omisión de auxilio al no ser derivadas determinadas personas a hospitales cuando tenían síntomas de Covid-19 o compatibles con la enfermedad, Blanco ha asegurado que las quejas han sido «muy puntuales».