La última superviviente de la UCI

Setenta y dos vidas ha apagado el coronavirus en el Hospital El Bierzo desde que se detectó el primer caso a finales del mes de febrero, pero son más las personas salvadas, tantas como 286 que han ido recibiendo el alta durante las últimas semanas. Solo una mujer permanece ingresada en el centro asistencial berciano. Es Pilar Teresa García Parada, una vecina de Bembibre de 74 años que, además, ha sido la última en salir de la Unidad de Cuidados Intensivos. La UCI ya está vacía, no queda nadie en estado crítico en un hospital que da por terminada la primera batalla y, entre otras cosas, por eso el Bierzo camina ya hacia la fase 2.

Pilar Teresa ya ha dado negativo en varias pruebas PCR que se le ha realizado y permanece ahora ingresada en la planta 2ªB del Hospital El Bierzo. Ahí tendrá que seguir un tiempo hasta recuperarse por completo, pero tanto ella como su familia tienen claro que la vida y, principalmente, los profesionales sanitarios que la han cuidado durante 55 días —los que ha pasado en la UCI— le han dado una segunda oportunidad.

Está débil. El virus la ha dejado en más una ocasión al borde del precipicio, con idas y venidas en plena lucha. Una circunstancia repetida entre los pacientes más graves. «Iba bien y de pronto empeoraba», recuerda su marido, Fernando Torregrosa, todavía con el corazón encogido. No respirará tranquilo hasta que su mujer vuelva a estar en casa. La dejó el 22 de marzo en la puerta del hospital. Esa fue su despedida después de varios días con la fiebre alta y más de un desmayo. «Primero, estuvo tres días aislada y al cuarto, ante la gravedad de su estado, la llevaron a la UCI», explica su esposo. Ni él, ni su hija, ni su yerno, ni su nieta —con los que el matrimonio convive en Bembibre— han tenido el virus. Una vez que su mujer dio positivo, tuvieron que cumplir la cuarentena, pero «nunca tuvimos síntomas ni nosotros ni nadie de nuestro entorno más cercano», asegura.

Pilar y Fernando son bien conocidos en Bembibre. Ahora, los dos están jubilados, pero durante toda su vida han sido fruteros y regentaban la frutería La Pilarica, ubicada en la calle Doctor Fleming de la capital del Bierzo Alto. Su vida diaria transcurría sin sobresaltos y Pilar no tenía ningún problema de salud más allá del colesterol un poco alto. «Si no hubiera estado bien, no habría sobrevivido a esto», considera Fernando, asegurando que ha llegado a tener hasta un amago de infarto y a ser sometida a varias transfusiones de sangre durante su estancia hospitalaria, además de otras complicaciones.

«Estoy que no sé si voy o vengo. He sufrido mucho», reconoce el marido de la última paciente en abandonar la UCI del Hospital El Bierzo. Por eso, por su experiencia, por lo que ha visto y por lo que ha tenido que vivir, Fernando también pide responsabilidad. «Que nadie piense que esto es una broma. Esto es algo muy serio, cualquiera se puede morir y ya no solo eso, sino que también hay que pensar en las secuelas que te puede dejar. Quién sabe como quedará mi mujer», afirma.

No sabe a ciencia cierta dónde se pudo contagiar Pilar. «Pudo ser en la caja de ahorros, en la carnicería o incluso podemos llegar a sospechar que como mi hija trabaja de cara al público haya tenido que ver; pero no sabemos», afirma. Y es que, antes de que el coronavirus cambiara sus vidas, Pilar se dedicada a su casa y a su familia. «Tenemos una huerta detrás de casa y ahí pasaba el día, con sus gallinas, los conejos...», recuerda Fernando con cierta nostalgia. Sabe, porque los médicos que atienden a su mujer se lo han advertido, que la estancia de Pilar en la planta será todavía prolongada. Poco a poco tiene que ir recuperando la movilidad seriamente afectada por la propia enfermedad y por tantos días de estancia inmovilizada en la Unidad de Cuidados Intensivos. Una UCI que recupera plenamente la normalidad, prevenida, eso sí, para cualquier rebrote o nuevo caso.

La salida de la última paciente que todavía permanecía ingresada en la unidad de críticos es un símbolo más de la lucha contra el virus en el Área de Salud del Bierzo. Con solo una mujer hospitalizada, más de diez días sin nuevos ingresos por Covid-19 y un número estabilizado y a la baja de casos activos controlados por los centros de salud del área sanitaria, el Bierzo y Laciana progresan adecuadamente en términos sanitarios y epidemiológicos y por eso avanzan aventajados en la desescalada.