Casado, Abascal y la «crispación política para socavar al Gobierno»
El Gobierno quiere poner fin al clima de crispación que se ha instalado en la vida política, y que atribuye a la pretensión de los líderes de PP y de Vox para desgastar a Pedro Sánchez y precipitar un adelanto de las elecciones generales. La ministra portavoz personalizó en Pablo Casado y Santiago Abascal el padrinazgo de las «teorías conspiranoides» encaminadas a dañar al Ejecutivo en medio de la crisis sanitaria más grave de la historia reciente.
«Están obsesionados», afirmó María Jesús Montero tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros que aprobó hoy el real decreto con la última prórroga del estado de alarma. En esa deriva, prosiguió la ministra, han utilizado a las fuerzas de seguridad del Estado, y sobre todo a la Guardia Civil, para construir un relato sobre las supuestas intenciones intervencionistas del Gobierno en dicho cuerpo.
El Ejecutivo, subrayó Montero, tiene «absoluta confianza en el compromiso democrático» de las fuerzas de seguridad y alabó su «rigor y profesionalidad, expresamente de la Guardia Civil». Las palabras de la portavoz pretendía contrarrestar las que pronunció la víspera el ministro y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, quien deslizó la sospecha de que «haya elementos reaccionarios dentro» de las fuerzas de seguridad que «asuman como propio el discurso que invita al golpe del Estado aunque sea a nivel discursivo» que alienta la «derecha política».
El Gobierno no asume ese comentario y Sánchez quiso exteriorizar ayer su respaldo a la Guardia Civil durante el minuto de silencio que puso fin a los diez días de luto nacional por las víctimas de la Covid-19. El presidente del Gobierno, en una imagen excepcional, compartió ese momento en la escalinata de la Moncloa con varios agentes.
El inesperado debate sobre el instituto armado y los supuestos planes golpistas tiene su origen en la decisión del ministro del Interior de destituir al comandante de la Guardia Civil de Madrid por no informarle de una investigación judicial sobre las marchas feministas del 8-M. Una injerencia en toda regla para el PP y Vox,
La decisión de Fernando Grande-Marlaska, según el Gobierno, ha sido aprovechada «por la derecha de este país» para impulsar una campaña de «ruido», que no se limitó a «las caceroladas» contra el Gobierno. Se ve, añadió la portavoz, «en el ambiente» que se respira en el Congreso estas semanas, donde el PP y Vox han fomentado «la crispación y la bronca».
Montero cargó todas las culpas en la oposición porque «Casado y Abascal se han dejado arrastrar por la dinámica en la que lo importante no son los problemas del país» con la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales.
«Están en todo -resumió- menos en reconstruir el país».
Para la ministra portavoz, las insinuaciones de Garzón, las acusaciones de Pablo Iglesias a Voz de golpista o las alusiones de Pedro Sánchez a la «policía patriótica» y sus vínculos con el PP, son elementos ajenos a la escalada de crispación.
«El concepto de policía patriótica -afirmó- ya no existe. Es de otros momentos, de otros gobiernos».