Nacho Vidal grabó un vídeo con el ritual con veneno de sapo que provocó un muerto
El ritual con veneno de sapo bufo es una experiencia que el actor porno Nacho Vidal descubrió en 2016 y de la que no tuvo reparos en contar lo que sintió a través de un vídeo en su canal de YouTube. Entonces aquella pieza surrealista pasó desapercibida pero hoy, tras su arresto por un delito contra la salud pública y homicidio imprudente -del que ha quedado en libertad con cargos a la espera del desenlace de la investigación judicial abierta, aunque sin medidas cautelares-, cobra relevancia.
Es el mismo ritual al que se sometió el fotógrafo de moda José Luis Abad en julio de 2019, pero desgraciadamente le provocó un paro cardíaco que acabó con su vida y cuyas circunstancias se indagan ahora. También está grabado y es una de las principales pruebas de la investigación.
El propio Nacho ha reconocido que se grabó con el teléfono móvil del fotógrafo porque este les pidió que lo hicieran, ya que quería ver luego las imágenes de sus momentos de trance. El actor conoció los supuestos beneficios del sapo bufo gracias a uno de sus mejores amigos, que llevaba enganchado a las drogas muchos años y logró desengancharse con el ritual. Él también reconoció por entonces tener adicciones de las que quería salir y lo probó.
«Me llevó a una casa en Ibiza en la que había una serie de personas: un señor, un chico que ahora es uno de mis mejores amigos... Me sacó una pipa de cristal, me la puso en la boca y fumé sin saber muy bien qué iba a pasar. Me dijeron que abriera los brazos, que mirara al sol», relató hace cuatro años el actor en el vídeo que subió a la plataforma.
Como si «mi cuerpo explotara»
«Me hizo revolverme, me hizo morir, hizo que mi alma se fuera de mi cuerpo completamente y que mi cuerpo explotara. Había visto a Dios, yo tenía el Santo Grial, quería que todo el mundo lo viera y me volví muy ansioso con mis amigos», explicó entonces en una grabación que se ha viralizado en las últimas horas.
Desde aquel momento se consideró multimillonario, al menos en tiempo, a la vez que dejaron de importarle los problemas del pasado y del futuro. Hasta las relaciones de pareja pasaron a ser algo banal para él. «El sapo es el primer paso para que cambiemos», predicaba entonces.
De ahí que durante la investigación la Guardia Civil haya descubierto que el actor llevaba años promocionando este ritual entre los conocidos de su entorno por 600 euros. Un ritual que realizaba en su parcela de Enguera (Valencia), aunque no hay ninguna denuncia al respecto. Y el único final con tragedia fue el de Abad. El actor ha explicado a la policía que sometió al rito al fotógrafo de manera desinteresada y que ya había realizado esta práctica con anterioridad. Su abogado, Daniel Salvador insiste en que su cliente no es un chamán.