Defensa reactivará la Operación Balmis en 48 horas si el coronavirus rebrota
Los militares vuelven a los cuarteles tras 98 días de misión misión con más de 20.000 actuaciones, una cuarta parte en residencias de ancianos
desin
El final del estado de alarma también ha puesto el broche, al menos de momento, a la Operación Balmis de las Fuerzas Armadas para la lucha contra la propagación del coronavirus. Tras 98 días de misión, los distintos ejércitos han llevado a cabo más de 20.000 actuaciones de desinfección de espacios, montaje de hospitales, ayuda a mayores y otras intervenciones con el objetivo de "salvar el mayor número de vidas". Una cuarta parte de ellas en residencias de ancianos, la zona cero de la crisis sanitaria.
La Operación Balmis -en honor al médico militar español que capitaneó la primera expedición a principios del siglo XIX para llevar la vacuna contra la viruela a varias partes del mundo- ha supuesto, dos siglos después de aquel logro, el "mayor esfuerzo militar llevado a cabo en tiempo de paz en España". En los peores días de la pandemia llegó a desplegar más de 8.200 uniformados en decenas de localidades de todo el territorio nacional.
Durante estos más de tres meses, los ejércitos han prestado apoyo en 2.302 pueblos y ciudades y han realizado un total de 20.002 intervenciones . La mitad han sido tareas de desinfección en residencias, hospitales, centros de salud y centros sociales. Otra de sus actuaciones más demandadas ha sido el apoyo para levantar hospitales y albergues de campaña, ya sea para aumentar la capacidad de los centros o para realizar pruebas a los enfermos. Hasta una veintena han instalado por todo el país, como la UCI temporal que montó la Unidad Médica Aérea en el recinto ferial de Ifema, en Madrid.
El transporte ha sido otra de las labores en las que han colaborado. Por un lado, por vía aérea, con los aviones y helicópteros del Ejército del Aire y de Tierra cargando material sanitario: más de 70 vuelos con un total de 160 toneladas de carga, entre las que se encuentran las partidas de mascarillas y los tests que los A-400M del Ala 31 trajeron desde China.
Del otro lado, por tierra los militares han contribuido a repartir cientos de toneladas de alimentos por todo el país. Pero en estas tareas se encuentra la misión "más dura" de todo Balmis, según han reconocido los mandos castrenses: el traslado de cadáveres hasta las morgues improvisadas de Madrid o a los crematorios de otras comunidades autónomas por el colapso funerario, y la intervención en residencias. Un servicio que ha dejado secuelas en la tropa, ya que unos 2.800 uniformados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), por ejemplo, ha recibido en este tiempo ayuda psicológica.
Formación de civiles
La semana pasada, la ministra de Defensa adelantó que el final de la operación contra el coronavirus no es definitivo. El mando operativo ha preparado un plan de reactivación en caso de un rebrote. Así, en un máximo de 48 horas se podría intervenir a pleno rendimiento en caso de necesidad en cualquier punto de la geografía española.
De hecho, el portavoz del Mando de Operaciones, coronel Juan Bustamante, explicaba este viernes en Valladolid que tanto la UME como el resto de Fuerzas Armadas planifican un "hipotético Balmis II". Estos planes incluyen tanto el acopio de material como retomar los mecanismos ya establecidos y que han demostrado su eficacia. Pero también continúan con esa formación en tareas como la desinfección al personal de los geriátricos o de los ayuntamientos, lo que permitirá que actúen de inmediato.