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León

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Sin críticas directas al PNV pero sí al PP, Pedro Sánchez defendió hoy en San Sebastián la vía de la «cogobernanza», de la coordinación entre las diferentes instituciones, para buscar las soluciones necesarias que requieren las sociedades «complejas». Y, en este caso, para afrontar los retos de la Covid-19. «La fuerza no la da ni el centralismo ni el egoísmo localista». En una campaña extraña, la visita del presidente del Gobierno se realizó en un contexto muy diferente al de citas anteriores. Lo que en convocatorias previas eran auténticos baños de masas, ayer se convirtió en un acto propio de esta época. Asistencia restringida en el parque Tecnológico de Miramon, mascarillas y distancia de seguridad. «No podemos abrazarnos», lamentó el líder del PSOE, arropado por los principales dirigentes del PSE en un acto en el que también tomaron la palabra Eneko Andueza e Idoia Mendia.

Como ocurrió hace unos días en Bilbao con Carmen Calvo, las alusiones al PNV fueron nulas. Los miembros del Gobierno saben que tienen que mantener un cierto equilibrio con un partido que compite con ellos en las elecciones pero que también es vital para la permanencia de Sánchez en La Moncloa. Así que las críticas a los de Iñigo Urkullu o Andoni Ortuzar prácticamente son inexistentes. Una ‘pax’ que, en todo caso, no impidió que Sánchez quisiese marcar distancias con Sabin Etxea y Ajuria Enea y responder a algunas críticas lanzadas por la cúpula jeltzale. En especial, cuando empezó la pandemia. Fue entonces cuando algunos dirigentes -Josu Erkoreka, por ejemplo- hablaron de un «155 encubierto» al asu