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«Tenderemos la mano para salir de la crisis pero no para la ruina que propone el PSOE»

Casado ayer en Vitoria, adonde acudió a apoyar a Iturgaiz como candidato a lehendakari. BRAIS LORENZO

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León

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Lo de que el PP crispa es una mentira», insiste Pablo Casado, que parece querer desmentirlo con su hablar pausado y sus ademanes tranquilos. Deja caer que el PP no apoyará en ningún caso los Presupuestos.

—¿Qué se juega Pablo Casado como presidente del PP nacional el 12-J?

—Toda España nos jugamos si queremos que siga mandando el Partido Comunista o queremos ir a un Gobierno moderno, transversal y moderado. Esa es la pregunta. Nos jugamos si se homologa a esas fuerzas radicales o volvemos a la moderación institucional que crea empleo.

—Se lo decía porque un retroceso de la candidatura de Carlos Iturgaiz, que es su apuesta personal, y una victoria rotunda de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, que representa a un PP más moderado, comprometerían el rumbo que usted ha marcado.

—En absoluto. Tanto Alberto como Carlos son veteranos, queridos y respetados, con una trayectoria impecable en el partido. Y estamos todos unidos en un objetivo común: cuando haya elecciones generales representar una alternativa ganadora para acabar con un Gobierno que ha gestionado mal la pandemia.

—¿Consideraría un fracaso del PP vasco el 12-J cualquier resultado por debajo de los 9 escaños de 2016 tras haber sumado a Ciudadanos?

—Lo importante en esta campaña es dejar claro que somos la única alternativa a la alianza PSE-PNV, que es vasca y nacional. Nuestra alternativa defiende el Concierto y los derechos históricos. Somos el dique de contención de cualquier política intolerante, la referencia de quienes se sienten vascos, españoles y europeos.

—¿Esa apuesta foralista es creíble de la mano de Cs, que siempre ha considerado el Concierto y el Cupo privilegios a eliminar?

—Ahora ellos defienden la Constitución y en ella están recogidos esos derechos. Mi crítica no es al Concierto, es a que el Gobierno vasco no haya aprovechado ese régimen foral, esa posibilidad de recaudar impuestos a través de las diputaciones para bajarlos, por ejemplo. En Galicia no hay alianza con Cs. Y usted busca fortalecer esa entente con la vista puesta en la recomposición del centro derecha a medio plazo mientras Arrimadas se acerca a Sánchez.

—¿Hasta qué punto le preocupa?

—Si en noviembre hubiéramos ido juntos a las urnas, PP y Cs ahora estaríamos gobernando. Yo sería presidente y Albert Rivera, vicepresidente. Eso es una realidad que en Galicia no hacía falta, porque allí no hay una fuerza independentista que no condena los asesinatos y porque en Galicia el partido siempre ha conseguido mantener un buen respaldo electoral, incluso en las peores circunstancias. Y siempre esas victorias en Galicia han sido la antesala de la victoria nacional.

—La cuestión es cuándo se ponen las urnas. ¿La evidente moderación del tono del PP tiene que ver con que ha interiorizado que hay legislatura para rato?

—Hemos apoyado tres prórrogas del estado de alarma, que es la mayor excepcionalidad constitucional de la historia democrática, hemos votado a favor siete decretos y hemos apoyado el plan de rescate europeo, incluso lo ha propuesto el PP con la presidenta de la comisión y Angela Merkel, que es una compañera de nuestro partido. Lo de que el PP crispa es una mentira. El radical es el Gobierno.

—Admitirá que el tono del PP en la desescalada no ha sido el más edificante.

—Hombre, cuando eres oposición tienes que denunciar que se compran tests falsos, mascarillas defectuosas, que España está a la cabeza de muertos y contagiados, que el paro está en las peores cifras de Europa, diez veces más que la media. Los países democráticos afortunadamente tienen oposición, si no seríamos otra cosa que afortunadamente superamos en España hace cuarenta años.

—¿Niega que buscaran hacer caer al Gobierno, que habían calculado que podía romperse en otoño?

—El PP ha sido más generoso que cualquier otra oposición de nuestro entorno para lo mal que lo ha gestionado este Gobierno. Que hasta el Financial Times, el New York Times y The Economist dicen que es el peor gobierno en la gestión del Covid de Europa. He propuesto cinco pactos de Estado y hemos sido la oposición que nunca fue Sánchez, que nos montaba escraches por el sacrificio de un perro en la crisis del Ébola. Nosotros, con 43.000 muertos según el INE, resulta que crispamos por denunciarlo.

—¿Y qué alma del PP prevalecerá a partir de ahora, la de Ñúñez Feijóo o la de Cayetana Alvarez de Toledo?

—Es que es un mismo proyecto. Dos almas veo yo en el PSOE, con Abel Caballero y Oscar Puente discutiendo en una comisión federal porque el Gobierno deja tirados a los ayuntamientos, o la de Page y Lambán, que se quejan del fondo de reparto de la Sanidad. En el PP todos los presidentes autonómicos han ido alineados. Y hay quien hace más oposición, como Maroto o Alvarez de Toledo, que para eso están, y perfiles de gobierno que necesitan sacar adelante acuerdos para la gestión del día a día. El que está fragmentado es el PSOE, que ve con horror que su secretario general dependa de un partido comunista radical como Podemos, que debería explicar por qué la Fiscalía está ejerciendo de abogado defensor de un escándalo personal truculento con destrucción de material informático comprometedor del vicepresidente.

—¿Ese PP responsable del que habla podría contribuir a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado?

—El PSOE ni siquiera sabe cuándo los va a presentar y qué van a contemplar. Si vuelven a hacer como hace un año, presentar unos cuentas con unas subidas de impuestos de 5.000 millones y una expansión del gasto de 30.000 millones de euros, no creo que se lo apoyen ni sus socios. Nosotros somos su alternativa y podremos apoyar políticas urgentes y necesarias para salir de la crisis, como hemos hecho con los reales decretos o como queremos hacer en la Comisión de Reconstrucción en materia sanitaria y europea. Pero somos la alternativa a Sánchez. No somos sus socios ni vamos a serlo.

—¿No cabe entonces ninguna posibilidad de un gran acuerdo en los Presupuestos?

—Es que no me fío de que los presenten, los cumplan o de que Europa los considere oportunos para seguir cumpliendo con los requisitos de la zona Euro. Al PSOE le gusta sacar globos sonda para ocultar su política desastrosa en materia de empleo con 200.000 españoles en ERTE que no cobran su prestación en 4 meses o l a destrucción del tejido turístico sin parangón. Salen con los Presupuestos para entretener a ERC y a JxCat. Siempre tenderemos la mano para salir de la crisis, pero no para arruinar a España. Y lo que estamos escuchando que propone el PSOE es una ruina.

—¿Sin Iglesias sería más fácil?

—Es que lo ha puesto Sánchez, es su naturaleza. Mi relación personal con él es buena, pero es su naturaleza. No es que sea rehén de Iglesias, es que está haciendo lo que siempre dijo que quería hacer: aplicar un programa para subir impuestos...

—El propio Banco de España ha advertido de que es posible que haya que subir el IVA y algunos impuestos ‘verdes’ para contener la deuda.

—Pero Sánchez dice que hay que subir todos los impuestos: a los empresarios, a la contratación... Lo que propone el PSOE es directamente el suicidio económico de España. Hemos apoyado el decreto del Ingreso Mínimo o el de la nuevanormalidad, pero eso no quiere decir que vayamos a participar de una gobernabilidad o de una fórmula política, porque somos la alternativa en España. Y si fuéramos socios de Sánchez, la alternativa quedaría en manos de los extremos.

—¿Existe el eje PP-Vox que denuncia el PSOE?

—El PP sólo gobierna con Cs en ayuntamientos, diputaciones y comunidades. Es el PSOE el que gobierna con Podemos, la fuerza más radical de la historia de España.

—Pero se ha apoyado en Vox para llegar a esos gobiernos y depende de ellos.

—No gobernamos con ningún partido que no defienda la Constitución, esa es nuestra línea roja, y defender la unidad nacional. El Gobierno más radical de la historia de España es el de Sánchez, lo dice hasta Felipe González.