«Hace falta una reforma fiscal y quien diga lo contrario, miente»
—Rebrote es la palabra más usada y temida estos días. Si la situación se descontrola, ¿volverá a aprobar el estado de alarma para combatir el virus?
—Es una figura constitucional y vivimos en un Estado social y democrático de derecho. Es una garantía que tenemos. Pero dicho esto. Las comunidades autónomas han mejorado y mucho sus capacidades sanitarias. Más allá de una responsabilidad colectiva debe haber una concienciación individual. No va a haber riesgo cero mientras no haya una vacuna. Me gustaría trasladar un mensaje de tranquilidad y de cierto optimismo. Tenemos que aprender a convivir con él y a perder el miedo a esta nueva normalidad. Volver a consumir para reactivar la economía, a nuestros anteriores hábitos.
—Asegura que la subida de la presión fiscal es «inevitable», pero los empresarios no comparten su propuesta. ¿Subirán el IVA? ¿Asumirá la petición de Podemos de aprobar un impuesto a las grandes fortunas?
—¿Cómo queremos salir de esta crisis: con un Estado de bienestar debilitado o más fortalecido? Es así de sencillo. Y si esto lo tenemos claro, hay que hablar de la reforma fiscal. A mi juicio es necesaria. España va a dar un salto de casi 25 puntos de deuda pública para financiar, por ejemplo, la liquidez de las empresas. Además, estamos haciendo moratorias a empresas, autonómos, colectivos vulnerables... Todo este esfuerzo para no dejar a nadie atrás obligará a resituar la posición del Estado cuando llegue la recuperación. Y aquellos agentes empresariales que ahora están recibiendo el arrope y ayuda del Estado deberán hacer un esfuerzo.
—¿Pero en qué se concretará?
—No se trata de subir esto o aquello. Primero, hay que lograr una estabilidad en los ingresos públicos. Segundo, una reforma fiscal cada vez más verde. Y tercero, que sea justa. Porque la percepción que tiene la ciudadanía es que aquellos que más tienen son los que menos aportan a las arcas públicas. Y ahí tendremos que hacer un esfuerzo.
—Hace ahora diez años, Zapatero compareció en el Congreso para anunciar una congelación de pensiones y la bajada del sueldo de los funcionarios. Usted era diputado del PSOE. ¿Descarta congelar las pensiones o bajar salarios? ¿Y si Bruselas lo exige a cambio de los nuevos fondos?
—Mucho se habla de la condicionalidad, de Europa... Me gustaría hacer un poco de pedagogía porque parece que España no aporta recursos a este fondo de recuperación. El 20% lo aporta Alemania, nosotros un 9% y Holanda el 6%. Cuando se habla de condicionalidad, precisamente, se habla de las reformas fiscales. ¿Es necesario hacerla? Sin duda. Quien diga lo contrario miente, como mintió Rajoy.
—Nadia Calviño se la juega la semana que viene en la votación para presidir el Eurogrupo. ¿No lograrlo supondría una decepción o un fracaso?
—Yo cuando salgo a disputar los partidos salgo a ganarlos y, además, tenemos a la mejor de las candidatas. Además, cuenta con apoyos transversales de Gobiernos tanto socialistas como conservadores. Y creo que para un Gobierno feminista como éste, que haya mujeres al frente de cargos de responsabilidad económica en un momento como el actual es una gran noticia, para España y para el feminismo.