Sánchez reforzará el autogobierno vasco en un guiño al PNV de socio
Pablo Iglesias reta a la oposición a investigar el caso Dina en una comisión en el Congreso
El último domingo de campaña es una fecha marcada en rojo por los estrategas de los partidos. No se sabe muy bien si son domingos de pasión o de resurrección, eso va por barrios, pero la fecha es extremadamente simbólica incluso en comicios tan extraños como estos. Los líderes nacionales volvieron ayer al País Vasco y el PSE tenía muy claro que Pedro Sánchez debía estar junto a Idoia Mendia para insuflar energía en el esprint de la campaña. El presidente del Gobierno visitó Bilbao para que las urnas se llenen el 12-J de votos «progresistas». «La estrategia de derribo contra el Gobierno impulsada por la derecha ha fracasado», recalcó.
Sánchez reiteró su compromiso con la «transversalidad basada en la igualdad y no en la identidad», así como con el desarrollo del autogobierno vasco, pero no a través de «proyectos rupturistas». En este sentido, señaló que la mejor fórmula de éxito es «la palabra juntos».
«Euskadi, España y Europa. Juntos podemos con todo, separados podemos poco y enfrentados, nada. Esa es la gran lección de la pandemia», recalcó. «La mejor garantía de que nadie se quede atrás tras la crisis más grave en cien años es que los socialistas sean fuertes en el Parlamento y en el Gobierno vasco», zanjó.
Respeto a los rebrotes que comienzan a surgir, quiso lanzar «un mensaje de serenidad y de calma». «Demuestra que nuestro sistema nacional de salud está mucho mejor preparado. No podemos bajar la guardia, debemos ganar la calle, los comercios y las empresas. Debemos reactivar la economía», señaló antes de ensalzar «el esfuerzo titánico de la sociedad vasca y española».
El acto se celebró en la Puerta de los Honorables, junto al monumento de homenaje a Ramón Rubial (1906-1999), primer presidente del Consejo General Vasco y expresidente del PSOE. Tanto Sánchez como Mendia depositaron rosas sobre la placa conmemorativa. La candidata destacó, por su parte, que el PSE es el único partido capaz de aportar «fiabilidad y coherencia» y, respecto a las pretensiones nacionalistas durante la próxima legislatura, subrayó su línea roja: «Un Gobierno en el que estemos los socialistas vascos no va a plantear, ni siquiera a plazos, ningún proyecto de ruptura con España».
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, volvió a retar ayer a PP, Vox y Ciudadanos a que se investigue el caso Dina, causa que se centra en el robo en 2015 de un teléfono móvil propiedad de su exasesora Dina Bousselham, en una comisión parlamentaria. Lo afirmó durante su intervención en un acto electoral de la campaña gallega celebrado en Vigo, donde arropó al candidato de Galicia En Común-Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, y en el que también estaba presente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Iglesias calificó el viraje del caso Dina, en el que ha pasado de ser considerado víctima por el juez -condición que le fue retirada- a estar cuestionado por apropiarse temporalmente de la tarjeta de su excolaboradora, como «un intento por sacar a Podemos del Gobierno». Por ello pidió una vez más que en la comisión de investigación, de celebrarse, se interrogue también al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, y a su exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria, entre otros, «para que todo el mundo sepa lo que pasó».
El líder de Unidas Podemos acusa a los populares de crear «una estructura parapolicial y mediática para tapar su corrupción al tiempo que atacaba a sus rivales políticos».
Iglesias también cargó contra el PP a nivel regional e insinuó que el «verdadero objetivo» del actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no es repetir mandato en Galicia, sino «tomar las riendas de su partido». De Pablo Casado dijo que este «nunca será presidente del Gobierno», una afirmación que el líder de los populares respondió en Twitter exigiendo a Pedro Sánchez que repruebe «los intolerables ataques de su vicepresidente a la libertad de prensa».