España e Italia avisan a la UE que «está en juego el mercado único»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, consideran urgente que la UE alcance un acuerdo sobre el fondo de recuperación este mismo mes porque, en palabras de Conte, de lo que se acuerde depende el futuro del mercado único europeo.
Un acuerdo que, como subrayó Sánchez, respete la propuesta de la Comisión, sobre todo en las ayudas directas, que según dicha propuesta deberían suponer 500.000 millones de euros de los 750.000 cifrados para el fondo.
«Lo que está en tela de juicio es el mercado único, imaginen qué significaría si no damos una respuesta fuerte» a la crisis provocada por el coronavirus, «se destruiría el mercado único», dijo Conte en la comparecencia de prensa ofrecida junto a Sánchez en Madrid.
Un mercado único del que, como ha recordado Sánchez, también disfrutan los países reticentes con el fondo.
Conte ha viajado a la capital española procedente de Lisboa, donde ayer se reunió con el primer ministro portugués, Antonio Costa, para sumar fuerzas con Sánchez en la negociación que le espera en la cumbre del 17 y 18, aunque tanto él como el presidente del Gobierno han subrayado que ésta no es un lucha de países del sur, porque muchos del norte -como Alemania- comparten su posición.
Sánchez ha recordado que hasta ahora la respuesta europea a la crisis provocada por el coronavirus ha sido en forma de préstamos, por eso considera «tan importante» que se respete la propuesta de la Comisión, que apuesta 500.000 millones en transferencias directas y los 250.000 millones restantes en préstamos.
En la misma línea Giuseppe Conte ha defendido que la respuesta a una crisis extraordinaria como ésta también debe ser extraordinaria, y por tanto «directa», y ha recalcado que Europa tiene que ser «osada» en un momento como éste.
Tanto Sánchez como Conte y Costa se van a reunir también en los próximos días con algunos jefes de Gobierno de los países denominados «frugales», los más reticentes al fondo y a las ayudas directas, que reclaman estrictas condiciones para otorgarlas y por ejemplo apuestan por el derecho de veto a los programas de reformas de los países, al querer que los apruebe el Consejo y no la Comisión. Y mientras «frugales» como el holandés Mark Rutte dicen que no tienen prisa por llegar al acuerdo, tanto Sánchez como Conte han vuelto a insistir ayer en que el acuerdo urge y se debe cerrar este mes.