PP y Cs reprochan a Batet su pasividad ante las «barbaridades» de Rufián
El PP y Ciudadanos se quejaron de la, a su juicio, «pasividad» de la presidenta del Congreso ante «las ofensas» al rey proferidas en el Congreso, en especial las del portavoz de ERC, que tachó a Felipe VI de ser un diputado de la extrema derecha. Vox no se quejó.
El líder de la oposición intervino en el pleno para reclamar a la socialista Meritxell Batet que retire del diario de sesiones esas palabras, a su entender, denigratorias para el jefe del Estado. «No se puede agredir a las instituciones del Estado con la complicidad del Gobierno, no todo vale. Basta ya», se quejó Pablo Casado. «Usted —insistió— tiene la responsabilidad de no tolerar una acusación como la del señor Rufián diciendo que la Jefatura del Estado es autoritaria».
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que calificó de «barbaridades» las palabras de Rufián, también pidió la palabra para quejarse, pero Batet no se la concedió porque ya había zanjado el asunto en su respuesta a Casado. Ciudadanos, de todas maneras, envió un escrito a la Presidencia del Congreso para protestar por haber «amparado» las «injurias» al Rey. El partido naranja asimismo reprochó a Batet que hubiera negado la palabra a su líder.
La presidenta del Congreso reconoció al jefe de la oposición que «muchas veces en esta Cámara hay que escuchar cosas que se rechazan, que por supuesto no se comparten y que incluso pueden ofender». Pero puntualizó que su «papel como presidenta (del Congreso) es respetar la libertad de expresión». Alegó además que a su juicio no se habían vertido «insultos directos» durante el tenso debate.
De lo que sí se quejó Batet fue del tono del debate y reclamó a los 350 diputados «respeto, contención y saber escuchar; educación en definitiva». Pidió esa mesura «por el bien de la convivencia, de la imagen de esta Cámara y por la ejemplaridad que debemos a nuestra sociedad».