Audiencia Nacional
Anboto, exjefa de ETA, en el juicio: "No cerremos otra vez una puerta en falso"
La exjefa de ETA Soledad Iparraguirre ha negado en el juicio que fuera la responsable de comandos legales de la banda y que se apodara Anboto y ha comentado: "No niego el dolor que hemos sufrido y que hemos causado" y "lo que quiero es que nos sentemos y no cerremos otra vez una puerta en falso".
La Audiencia Nacional ha dejado este miércoles visto para sentencia el segundo juicio en España, tras ser entregada por Francia, a Soledad Iparraguirre, ya condenada en julio tras el primero a 122 años de cárcel por ordenar el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995 en León.
En esta segunda vista el fiscal ha mantenido su petición de 71 años de prisión para Anboto por haber ordenado el atentado cometido el 21 de julio de 1997 con lanzagranadas contra el cuartel de la Policía Nacional de Buenavista de Oviedo, en el que una mujer resultó herida y que causó daños en edificios de viviendas, por el que ya fueron condenados Kepa Arronategui y Eneko Gogeascoechea.
Detención y condena previa
Anboto fue detenida en 2004 en Francia , donde fue condenada a veinte años de cárcel, y el año pasado fue extraditada para responder de doce atentados de los que está acusada en España.
La exdirigente de ETA, junto con José Antonio Urrutikoetxea, Josu Tenera, leyó el comunicado en el que el 3 de mayo de 2018 la banda terrorista anunció su "disolución" definitiva.
Soledad Iparraguirre ha hecho uso de su derecho a la última palabra y ha asegurado: "Yo la verdad es que cuando conozco por la prensa que soy Anboto y que soy la responsable de los comandos legales lo que no me esperaba era que veinticinco años más tarde estaría en este tribunal intentando defenderme".
Ha recordado que "todas estas revistas y todos estos periódicos españoles que han publicado sin parar noticias sobre ETA en cuanto había una detención al poco tiempo sacaban un nuevo organigrama" y ha denunciado el "ensañamiento de género" que a su juicio ha sufrido por ser mujer con titulares para referirse a ella como "la dama de la muerte".
"Llevo dieciséis años en la cárcel, se me condenó por pertenecer a ETA a veinte años -en Francia- y después de cumplir mi condena se me ha traído a España en base a euro-órdenes y aquí estoy en Soto, en aislamiento, en la misma situación que mis compañeros estuvieron hace treinta años. Qué hemos adelantado", ha comentado.
Hace hincapié
Iparraguirre ha recordado: "ETA declaró el alto el fuego hace ya casi diez años y se ha disuelto y el colectivo de presos hizo su reflexión para aceptar la legalidad de la cárcel y demostrar que no somos nosotros los que ponemos impedimentos a que esto tenga una solución dialogada".
Soledad Iparraguirre ha asegurado que tras ser detenida se sintió obligada a firmar declaraciones "por las que gente está en la cárcel todavía" y ha apostillado: "Yo ese peso lo llevo".
"No pido responsables y no niego el dolor que hemos sufrido y que hemos causado. Lo que quiero es que nos sentemos, que no cerremos otra vez una puerta en falso como se hizo después de la guerra civil", ha recalcado la acusada.
Y ha concluido: "Yo quiero que hablemos de por qué ha pasado, que todo el mundo pueda hablar y decir lo que ha vivido y nos sentemos y pongamos unos mínimos".
En la sesión de este viernes dos guardias civiles han confirmado que Anboto era el alias de Soledad Iparraguirre y que fue la jefa de lo comandos legales de ETA entre y 1993 y 1998.
Han añadido que estaba obsesionada con atentar contra el Museo Guggenheim de Bilbao, al que quería "tirar patas arriba".
Los agentes han relatado que finalmente consiguió que uno de los comandos a los que se lo encargó intentara matar al rey Juan Carlos en su inauguración en 1997, atentado que resultó frustrado gracias a la intervención de un ertzaina al que asesinaron a tiros.