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Congreso

Casado afirma que la moción de Vox no le "importa nada" pero oculta el voto del PP

Los pactos territoriales con los de Abascal condicionan la decisión del líder de la oposición ante el debate de mañana en el Congreso

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención de hoy en el pleno del Congreso. EMILIO NARANJO

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Ramón Gorriarán | Colpisa

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 "No me importa nada". Pablo Casado desdeña la moción de censura de Vox que se debatirá el miercoles y el jueves en el Congreso. Pero es una indiferencia más forzada que sincera porque el líder de la oposición se juega mucho. Buena prueba de ello es que en vísperas del debate se resiste a aclarar el sentido del voto del PP. Ha dejado claro que no lo hará a favor, pero se esconde en el burladero del desprecio para no revelar si su partido se abstendrá o votará en contra. "Cualquier decisión es mala", apunta un diputado con alguna experiencia.

"Es un tema -explicó hoy el líder de la oposición- que a mí no me importa nada y en el que no voy a gastar ni un solo minuto". Casado no lo gastará pero en el grupo parlamentario popular no se habla de otra cosa porque los diputados no saben qué van a tener que votar y no reciben señales claras de la dirección del partido. Nadie con peso en las filas populares ha puesto las cartas boca arriba. El expresidente José María Aznar dice que hay que rechazar la moción de censura; la exportavoz en el Congreso Cayetana Alvarez de Toledo sostiene que hay que abstenerse; y la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre defiende el voto afirmativo. Ninguna de esas tres opiniones va a determinar la posición de Casado.

El líder de la oposición sabe que es el que más tiene que perder aunque sobre el papel sea un actor secundario. Abascal presentó la moción para discutirle la hegemonía en la oposición conservadora, y Pedro Sánchez se ha encontrado con un regalo para identificar a PP y Vox. Casado, haga lo que haga, va a recibir el fuego graneado del líder ultraderechista y del presidente del Gobierno. La moción, todos lo saben, está condenada al fracaso pero ambos tienen una excelente oportunidad para socavar la ya delicada posición del jefe de la oposición, con un partido estancado y una larvada contestación interna. El presidente del PP entretanto se aferra al refrán de que "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio", una postura que es bien vista en su partido, donde el paso dado por Abascal es tachada de "circo" o "fuegos artificiales". Es probable, además, que Casado ni intervenga en el debate para quedar a cubierto de las alusiones directas a su liderazgo y a su futuro al frente del PP.

"No es nuestra moción" Pero el mayor problema para los populares está en el voto. La opción de apretar el botón del no tiene muchos defensores. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, un referente para muchos en el PP, se inclinó hoy con su alambicado lenguaje por el rechazo porque "esta no es nuestra moción de censura". El portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, en la sintonía del menosprecio ("ni nos ocupa ni nos preocupa"), defendió el "discurso propio" de su partido sin aclarar nada.

Aunque el rechazo parece ser la opción mayoritaria, en el entorno de Casado hay muchos valedores de la abstención. No tanto por la moción en sí, sino por las consecuencias que puede tener una ruptura con Vox en las comunidades donde el PP gobierna gracias a la ultraderecha. En Andalucía y Murcia las relaciones con el partido de Abascal son correctas, pero en Madrid, la joya de la corona para Casado, son borrascosas. Una fractura dejaría colgado de un hilo al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que ya tiene un divorcio en puertas con Ciudadanos.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, negó hoy que el voto del PP vaya a tener repercusión autonómica. "No somos como ellos, sabemos separar las cosas", apuntó, pero en el PP no se fían y temen que pueda haber consecuencias, sobre todo en la Comunidad de Madrid. Ese es el temor de Casado, que ha hecho toda su carrera en la capital, donde tiene su gran feudo político y electoral. Unas consideraciones que apuntalan el mal menor de la abstención. Pero la respuesta, apuntan desde a dirección del PP, no se conocerá hasta el último momento.