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ERC apuesta por la gobernabilidad española y rompe con Puigdemont

Es la «realpolitik», señalan. La crisis económica y sanitaria han cambiado el tablero de juego

Rufián con el portavoz de Bildu. BALLESTEROS

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León

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Esquerra Republicana ha cerrado esta semana un acuerdo con el Gobierno para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Es la continuación del pacto por el que los republicanos facilitaron la investidura de Pedro Sánchez. Tres años después de la declaración unilateral de independencia, ERC apuesta por la gobernabilidad de España. Un giro de 180 grados. «Hay que corregir errores, en 2017 hubo cosas que se hicieron mal», aseguran fuentes próximas al vicepresidente Pere Aragonès, candidato a la presidencia y favorito en las encuestas. En esta ocasión, los soberanistas han querido correr más de la cuenta para sellar su alianza con el Ejecutivo, que califican de «pacto de lealtad».

Hay una cuestión táctica, para alejarse del inicio de la campaña electoral y del previsible veto del Supremo al tercer grado de los presos del ‘procés’ y para dejar en fuera de juego a Ciudadanos. «Apostamos por la estabilidad para que no gobierne la derecha», señalan en las filas de ERC. Pero también hay un plan estratégico.

Esquerra lleva años trabajando para dar el sorpasso a la antigua Convergencia y ganar la presidencia de la Generalitat. De cara al 14-F, si las elecciones no se aplazan, acaricia esta posibilidad. Con el pacto con el Gobierno, los republicanos rompen amarras con Carles Puigdemont. Ya lo hicieron apoyando la investidura de Sánchez, cuando se negaron a reelegir a Puigdemont de forma telemática y lo han hecho dando estabilidad a la legislatura mientras los postconvergentes siguen instalados en el «cuanto peor, mejor». «Uno de los honores más grandes de mi carrera política -ha llegado a afirmar Torra esta semana- fue tumbar los Presupuestos españoles».

En ERC reconocen que la operación «tiene mucho riesgo» porque ya han sido elevados a los altares como traidores números uno de la causa secesionista (a Rufián le recuerdan estos días lo de las 155 monedas de plata). Es la «realpolitik», señalan. La crisis económica y sanitaria han cambiado el tablero de juego de golpe y las finanzas de la Generalitat tienen urgencias. Las UCI no esperan y son conscientes de que no podían seguir «instalados en 2017».

Tregua

Desde el entorno a Aragonès aseguran que Sánchez tiene garantizada una «tregua» en lo que a las reclamaciones de máximos del independentismo hasta final de la legislatura. Pero a medio plazo, lo que los republicanos buscan es una mesa de negociación «de verdad», que no esté tutelada por Puigdemont, donde puedan abordar las cuestiones de la soberanía de Cataluña.

El pacto con el Gobierno, según les acusan desde JxCat, es la antesala de un nuevo tripartito en Cataluña, en este caso liderado por Esquerra, junto al PSC y los comunes. Fuentes republicanas insisten en que esta posibilidad es «imposible». «Las relaciones entre ERC y el PSC no son las que tenemos con el PSOE», afirman. Los republicanos aspiran a gobernar en solitario o con apoyos puntuales con JxCat o los comunes. Pero a los socialistas catalanes «ni agua», aseguran, porque son sus adversarios en el área metropolitana de Barcelona, donde ERC quiere crecer en los próximos años para convertirse en un partido hegemónico en Cataluña.