«Sufriremos disgustos, pero la Corona no está en peligro»
«Vamos a tener que sufrir un largo recorrido de disgustos». Ramón Jáuregui está convencido de que la tormenta que se ha generado alrededor del rey emérito no solo no amainará a corto plazo, sino que es probable que traiga nuevos destrozos. Como si las noticias que están surgiendo sobre las finanzas de Juan Carlos I fuesen una especie de iceberg que oculta sus mayores peligros bajo la superficie. La cuestión es qué daños provocará y si la Casa Real tiene margen para cambiar el rumbo y evitar que la Monarquía sufra daños irreparables. «Todas las soluciones son complejas», sostiene quien fuera ministro de la Presidencia y un socialista convencido de que se trata de algo más que una institución, «es la clave de bóveda de nuestra convivencia».
Porque la pregunta que se plantea durante los últimos meses es en qué medida todo el «ruido» que se está generando acabará por salpicar a la propia Monarquía. Jáuregui lamenta que el «final lamentable» que don Juan Carlos está dando a su trayectoria pública «va a dañar» a la institución y, además, empañar su «impagable papel» para que España pasase de la dictadura a la democracia. Pero el que la sucesión de escándalos mine la imagen, no quiere decir que la Monarquía parlamentaria esté en peligro. «Digamos que la Monarquía de Felipe VI está vacunada», afirma, convencido de que el actual jefe del Estado está ejerciendo su cargo «con un sentido de la responsabilidad enorme». Un actitud que, en su opinión, no tiene Podemos. «Uno puede ser republicano, pero está actuando con un oportunismo repugnante».
En una línea similar se expresa José Antonio Zarzalejos, periodista y buen conocedor del clima que rodea a la Casa Real. «La Monarquía sufre una crisis porque es una institución muy personalizada, y si alguno de sus miembros atenta gravemente a la dignidad de su cargo... Pero no sé qué más puede hacer el actual Rey». «Es una crisis que Felipe VI puede superar».
Tanto Zarzalejos como Jáuregui recuerdan que la mayoría de las encuestas señalan que la figura del Rey está muy bien considerada por la ciudadanía. Incluso que el desgaste de la Monarquía sería relativo. Cuando el CIS de noviembre preguntó a los españoles por sus preocupaciones, la Monarquía solo estaba entre los tres primeros problemas para un 0,3% de los consultados. Zarzalejos añade otra cuestión para recalcar que la institución no está en peligro. «Es un elemento esencial de la Constitución». O lo que es lo mismo, que para cambiar el modelo de Estado serían necesarias unas mayorías parlamentarias impensables a día de hoy para poner en marcha un proceso constituyente. ¿Debe volver a España? «Espero que la Monarquía parlamentaria no sufra demasiado porque como forma de Estado creo que es el marco adecuado y es menos conflictiva que una jefatura presidencialista como la de la República», afirma el historiador Juan Pablo Fusi, quien recuerda el «papel fundamental» que tuvo Juan Carlos I en la Transición. La otra cuestión es, ¿Y ahora qué? Jáuregui hace autocrítica con la «negligente actitud» que mantuvieron durante años muchas instituciones al no haber controlado mejor la labor del rey emérito.