OPINIÓN Pedro Calvo Hernando
A vueltas con los obispos
Los obispos vascos, en su carta pastoral, entran de lleno en el drama de Euskadi y tratan de hacerlo desde su función de pastores de las almas. Sucede que aciertan en casi todo excepto en lo que más tendrían que haber cuidado: en el tratamiento semántico del asunto de la ilegalización de Batasuna, a propósito del proyecto de Ley de Partidos Políticos. Se supone que todo el mundo suscribiría sus alegatos contra el terrorismo, a favor de la desaparición de ETA, contra el hecho antidemocrático que las amenazas y el clima de violencia impidan el desarrollo de la democracia o a favor de las víctimas del terror, sin matices de ninguna clase. Pero cometen un error al referirse a diversas consecuencias sombrías derivables de la aplicación de esa nueva ley, que deberían ser evitadas, «sean cuales fueren las relaciones existentes entre Batasuna y ETA». Es ahí donde yo encuentro la equivocación y es ahí donde se han centrado los ataques y las críticas, algunas furibundas, que los cuatro obispos vascos están recibiendo desde muchos sectores. Pueden dar la impresión de que les da lo mismo cuáles sean esas relaciones entre ETA y Batasuna o incluso que ambas sean la misma cosa. Yo pienso que no habrán querido decir eso, pero estaban obligados, entonces, a expresarse mucho mejor. De momento, han abierto la puerta al torrente de ataques y de improperios que estamos viendo, de forma parecida a anteriores ocasiones. Pero junto a esta crítica a los obispos vascos hay que añadir, si queremos ser justos y si intentamos formular análisis sosegados y no pasionales, la crítica a las desmesuras que estamos escuchando, rayanas algunas en la negación de la más elemental libertad de expresión y en el insulto y la falta de respeto a unos señores que advierten de posibles riesgos en la aplicación de una ley. Una ley que aprueba la mayoría de la población española, según las encuestas, pero que rechaza la mayoría de la población vasca. El problema es profundo y delicado y no está siendo bien tratado ni por los obispos vascos ni por nadie. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, calificó ayer de «lamentable» la pastoral de los obispos vascos sobre la nueva Ley de Partidos y les pidió una reflexión sobre la circunstancia de que los mayores elogios han llegado de Batasuna y de IU y no de quienes representan a la mayoría de los españoles.