OPINIÓN Francesc de P. Burguera
Los obispos vascos tienen razón
Con este título, el profesor de Derecho de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, de Valencia, Manuel Martínez Sospedra, publicó ayer un artículo sobre la pastoral que tanto revuelo ha organizado entre los políticos y periodistas del pensamiento único. Es decir, de los que quieren que sea el «pensamiento único» el único «verdadero» al afrontar el problema del terrorismo que se vive actualmente en el País Vasco. Y ese «pensamiento único» consiste, en última instancia, en identificar nacionalismo con terrorismo -eso es lo que se trata de transmitir a la ciudadanía- y descalificar a todo aquel que quiera introducir un mínimo de racionalidad al abordar el problema vasco. Dice el profesor Martínez Sospedra en su artículo que la «pastoral de los obispos está levantando una polvareda política en la que, cuidadosamente ordenados, desfilan los tópicos de esa hostilidad que arranca del dogma de la preeminencia del Estado nacional y de sus intereses y ve en la disidencia, especialmente la de orientación nacionalista, en términos de traición de la Iglesia a ese Estado nacional». Añade el proferor Martínez Sospedra en su artículo: «Por de pronto hay que señalar que es sencillamente mentira que la pastoral sea complaciente con el terrorismo y su brazo político». «Cuando se escribe negro sobre blanco que la banda terrorista ETA debe desaparecer, que merece una valoración ética negativa, y que exactamente ése es el juicio que merecen los grupos que colaboran, encubren o defienden prácticas terroristas, las cosas deberían quedar, de entrada, bastante claras. Cuando se agrega además que es un deber moral y cívico, un acto de justicia y solidaridad, amparar, apoyar y proteger a los ediles amenazados y se condena especialmente su persecución porque es intrínsicamente antidemocrática... decir que el amo de los tales obispos no es Dios sino Xabier Arzalluz, se halla muy cerca de superar la línea que separa la necedad de la calumnia»