Prisiones reconoce que el 80% de las cárceles españolas no disponen de los medios adecuados
Prisiones reconoce abiertamente que sólo el 20% de las cárceles españolas son centros tipo o modernos. El aumento de la población reclusa ha provocado que se retrase el cierre de algunos penales, puesto que todas las plazas carcelarias son necesarias. De hecho, aún hay centros penitenciarios en funcionamiento que en el año 1991 ya estaba previsto cerrar. Este es el caso del de Pamplona y el penal de Cantabria. La navarra es una prisión que se desea cerrar desde hace más de una década, pero sigue resistiendo y no sólo eso sino que incluso «acoge a hijos de reclusas menores de tres años, ya que aún no se han podido ni conseguir los terrenos para construir un centro moderno», según dicen portavoces de instituciones penitenciarias. Quince penales que dependen de la Administración son centros muy antiguos, construidas antes del año 80. «Hay centros con más de 100 años, como el de Dueso, en Cantabria, que se han rehabilitado y que prestan así un gran servicio», destacan desde Prisiones. En la actualidad, en España hay un total de 79 centros penitenciarios, de los cuales, del Estado dependen 68, donde hay internados un total de 43.460 presos, 33.336 son penados y el resto preventivos. Por su parte, la Generalitat de Cataluña, que tiene transferidas las competencias en esta materia, controla otros 11 centros, con una población reclusa de 6.949 personas y también tienen serios problemas. Así las cosas, el principio de «una celda, un preso» establecido en la Ley General Penitenciaria de 1979 es cada vez más una utopía. El perfil del preso es un hombre menor de 30 años con novia y trabajo. Este año, los celdas concebidas para una persona han sido ocupadas por hasta tres presos. Este es el perfil medio de estas personas: - La mayoría, varones. Representan el 90% de los reclusos. Las mujeres, sólo son el 10%. -Jóvenes. El grupo de edad mayor es el comprendido entre 26 y 30 años. Existe un progresivo aumento de edad -en 1990 la población penada de 26 a 30 años representaba el 32.46% y la de 31 a 40 años el 21.91%, mientras que los penados comprendidos entre 21 y 25 años han pasado de ser el 27.79 % en 1990 al 17.87% en 1995-.