Ibarretxe asegura que lo dicho por los prelados coincide con el sentir vasco

Según Juan José Ibarretxe, quien opina diferente a Aznar es «inmediatamente arrastrado por el suelo» y «va al infierno enseguida». En la celebración de la fiesta de la Escuela Pública en Salvatierra (Álava), señaló que lo dicho por los tres prelados vascos es «lo que pensamos la mayoría» en contra de la violencia, a favor de la vida, «a favor del acercamiento de los presos» y coincide con el pensamiento de los vascos, que «pensamos que nuestro futuro está en nuestras manos». En relación a la Ley de Partidos Políticos, cuestionada por la pastoral de los obispos, advirtió al Gobierno de que «la base de la democracia no es ilegalizar ideas» y a ETA de que es «inaceptable» que atente contra el derecho a la vida «por pensar diferente». Uno de los obispos defendidos por Ibarretxe, el prelado de San Sebastián, Juan María Uriarte, defendió vivamente el respeto a la vida humana durante la homilía que ofició ayer en la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, en la que no hizo ninguna referencia a la polémica pastoral que firmó con los prelados de Bilbao y Álava. Un derecho que también defendió el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, quien advirtió de que no sumarse a la lucha contra el terrorismo hoy en día «es hipotecar a la libertad a través del miedo, la indiferencia o la complicidad con el terror». Mientras, continuaron las críticas de populares y socialistas a los obispos vascos. El presidente del PP del País Vasco, Carlos Iturgaiz, puso el énfasis en que el Gobierno «hace lo que tiene que hacer y tiene el apoyo de la mayoría de los españoles» al poner en marcha una ley que sitúe al margen de la ley a los partidos que apoyen a grupos terroristas. El secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, defendió la Ley de Partidos Políticos en contra de la opinión de los obispos porque, según dijo, la norma «ayudará a la normalización democrática del País Vasco». Por otro lado, el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegui, a quien el sábado pasado Francia le comunicó su prohibición de entrada al país vecino en virtud de una orden dictada en 1984 por los tribunales, achacó su expulsión a una petición «expresa» del Ejecutivo español para que no participara en un mitin en Bayona.