El Vaticano reconoce la inoportunidad de la pastoral
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, y el nuncio del Vaticano, Manuel Monteira, se entrevistaron a última hora de la tarde de ayer en Madrid para realizar un análisis pormenorizado e intercambiar opiniones sobre el contenido de la pastoral de los tres obispos vascos en contra de la Ley de Partidos Políticos, que ayer aprobó el Congreso, y con la que desea ilegalizar a Batasuna. En la reunión, monseñor Monteira reconoció «claros aspectos de inoportunidad» en el pronunciamiento de la curia vasca, según informó la Oficina de Información Diplomática al término de la reunión. El encuentro tuvo lugar a petición expresa del embajador del Vaticano en España, quien, según fuentes diplomáticas, reaccionó con «gran comprensión» ante las quejas oficiales planteadas por el Ejecutivo español debido al texto de los prelados vascos. El propio presidente del Gobierno, José María Aznar, lo tildó de «especialmente desafortunado y perverso», después de confesar que hizo un «esfuerzo muy especial para mantener la prudencia». Según la información facilitada por la OID, el Nuncio papal asumió estas quejas y, si bien recordó que el documento firmado por los tres obispos vascos formula una «rotunda condena del terrorismo», reconoció también la oportunidad de un pronunciamiento de ese tipo momentos antes del debate decisivo en el Congreso de un texto legal. La conversación entre Piqué y Monteira, que se prolongó durante treinta minutos, se enmarca en la ofensiva de tipo político y diplomático que inició el Gobierno tras conocer el contenido de la carta en la que los obispos de Bilbao, Vitoria y San Sebastián argumentaron que ilegalizar Batasuna provocará más confrontación, al tiempo que apelaron al diálogo entre los grupos políticos. Más dureza Horas antes de que Piqué se reuniera en Madrid con el nuncio del Vaticano en España, los secretarios generales de PP y PSOE reclamaron un pronunciamiento más duro y nítido de la Conferencia Episcopal ante la pastoral de la curia vasca. Javier Arenas, en declaraciones a Antena 3, insistió en que debe quedar muy claro para la opinión pública española que «no hay que confundir a los obispos vascos con el resto de la Iglesia española». José Luis Rodríguez Zapatero reclamó un dictamen «mucho más claro y firme».