PP y PSOE esperaban una declaración más contundente
La nota de la Conferencia Episcopal no satisfizo las expectativas ni de destacados miembros del Gobierno, ni del secretario general del PP, Javier Arenas, ni del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Todos ellos habían pedido al Episcopado, ayer mismo antes del inicio de su reunión, una declaración «más nítida y contundente» contra los obispos vascos que la ofrecida el viernes, en la que desentendía del escrito de sus colegas en el País Vasco, y se encontraron lo contrario a lo que buscaban: un escrito de apoyo a los prelados vascos y de denuncia a sus críticos. Horas antes de que el portavoz del obispado leyera el comunicado, el ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, se reafirmó en el «estupor» que le produjo la pastoral, en especial la postura del obispo de Bilbao, a quien se refirió como un «tal Blázquez». Explicó que como católico le produjo una «gran preocupación» el escrito de los obispos vascos, que a su juicio careció de «mesura y prudencia», y puso en duda aspectos importantes que siempre fueron virtudes de la Iglesia católica como la «universalidad, la solidaridad la generosidad y la humildad». Desde las filas socialistas, Rodríguez Zapatero apostilló que «millones de católicos españoles y de ciudadanos» esperaban una nota rotunda.