El presidente «apunta maneras»

La verdad es que este rifirrafe del Gobierno y su presidente con los obispos vascos y con la Conferencia Episcopal ha venido a clarificar -cuando no a confirmar- algunas cosas. La primera y principal, en mi opinión, es que ha servido para ir conociendo el verdadero talante del presidente Aznar y confirmar las sospechas que algunos teníamos. Refiriéndose a la actitud adoptada por José María Aznar, el secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, ha declarado que «tenemos un presidente extremista, que se ha convertido en el hooligan de las causas y esto es muy malo». La semana pasa, desde Helsinki, el presidente Aznar afirmó que la pastoral de los obispos vascos «era una perversión intelectual y moral grave». Basaba su afirmación citando unas palabras que, según él, figuraban en la pastoral, cosa que era totalmente falsa. «Cuando se llega a afirmar por escrito por parte de algunos obispos -son palabras de Aznar- que lo mejor que les puede pasar a las víctimas es que los criminales salgan sueltos, yo creo que se está ante una perversión moral e intelectual grave». La Conferencia Episcopal, en su comunicado, puso de manifiesto la falsedad de estas afirmaciones. No sirvió para nada. El presidente José María Aznar, desde Lisboa, el pasado viernes, se reafirmó en sus juicios sobre la pastoral de los obispos vascos, basados en una cita falsa, inexistente, y declaró que «nada justificaba un cambio de posición». ¡Genio y figura! En esto de la pastoral de los obispos vascos, como con los sindicatos en razón de la huelga general convocada para el 20-J por la reforma del desempleo, como en tantas otras cosas, el primer ministro español viene adoptando una postura de prepotencia y desprecio a los demás que no opinen como él, que comienza ahora ser preocupante. Preocupante no sólo en sectores de la oposición sino, también, en su propio partido. El señor Aznar, según sus propias últimas declaraciones públicas, ha alegado la mayoría del 95% obtenida en el Congreso la Ley de Partidos Políticos, para justificar esta actitud de prepotencia, confundiendo el culo con las témporas. Porque, ¿cree el señor presidente que el 95% de los diputados están de acuerdo con su actitud política desafiante? Ni siquiera los del Partido Popular. El presidente José María Aznar, como se dice en términos del lenguaje taurinos, viene «apuntando maneras». Pero «maneras» que a cualquier demócrata deberían preocupar. A uno no es que le preocupen, es que le dan miedo.