Vicenç Navarro, asesor de Allende, Clinton y Borrell, denuncia la «gran hostilidad social» del Gobierno del PP
Un estudio describe el deterioro del Estado de bienestar en España
Una democracia no es tal si no proporciona a sus ciudadanos un grado de bienestar social suficiente y equilibrado en función del nivel
Navarro denuncia la pasividad de la ciudadanía, medios de comunicación e incluso sectores de la izquierda españoles ante lo que considera un ataque sistemático y programado contra las redes públicas de atención y asistencia, la sanidad y la educación, mucho antes de haber llegado siquiera a equipararnos con la media europea. Su libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, premio Anagrama de Ensayo 2002, sostiene éstas y otras criticas con cifras oficiales. El gasto social global apenas llega en España al 20% del Producto Interior Bruto, frente al 28 del promedio comunitario. «Y lo peor es que va bajando y aumenta la distancia que nos separa de Europa», asegura. Los datos lo corroboran. La cota máxima de gasto social se alcanzó en 1994, con un 24% del PIB; a partir de ahí, se estancó en los últimos años del Gobierno socialista, para luego empezar un declive continuado con la llegada del Partido Popular. Junto a este indicador irrefutable, Navarro esgrime otros que apuntalan sus tesis. En España sólo un 5% de la población adulta trabaja en el llamado sector social: sanidad, educación, asistencia domiciliaria, guarderías, cuidado de mayores, atención a inmigrantes, etc. En la UE, la media es del 12, que llega al 20% en Suecia. La sanidad española se lleva el 5,8% del PIB, lejos del 9 de promedio en la Europa Unida. Con el agravante, según el actual director del Programa de Políticas Públicas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, de que una quinta parte del gasto sanitario español va a parar al capítulo farmacéutico, «por el gran poder que ejercen aquí las compañías del sector». Dramática situación En el capítulo educativo la situación no es mejor. Resulta particularmente dramático, a su juicio, que en la educación secundaria, clave para el desarrollo intelectual y profesional de los jóvenes, el gasto público español sea apenas el 40% de la media comunitaria, lo que implica que el 60 restante sale de los bolsillos privados de los ciudadanos, cosa que no ocurre «ni en Estados Unidos», país donde ha residido 35 años de exilio obligado durante el franquismo. Asesor en temas de sanidad y bienestar público del gobierno de Salvador Allende, de Naciones Unidas, de sucesivos gobiernos suecos, de la fallida reforma sanitaria de la Administración Clinton -«que fracasó por la enorme oposición de las compañías de seguros (sanitarios) privados»- y del equipo con que Josep Borrell ganó las primarias en el PSOE, Navarro ve en las reformas tributaria, educativa, sanitaria, del mercado y los subsidios laborales del Gobierno del PP un esquema que «no se diferencia gran cosa del de Margaret Thatcher».