Navarro critica la pasividad de los todos los sectores sociales

Navarro se asombra de que este «deterioro muy marcado» del Estado del bienestar, «que ya empiezan a acusar en España las clases con rentas más bajas», no suscite un encendido debate social y la reacción de los sectores más progresistas de la sociedad. Cree Navarro que el mutismo de los medios de comunicación sobre esta cuestión y la asunción por parte de la izquierda de algunos de los planteamientos económicos más conservadores están en la raíz de ese silencio. Denuncia la falacia de que sólo con el sacrificio del Estado de bienestar se alcanza la convergencia con Europa, la competitividad o una posición solvente en medio de la globalización. «Países de la UE más competitivos, integrados y globalizados que nosotros están aumentando el gasto social», recuerda, como Holanda o los países nórdicos. Propone, por el contrario, el aumento del gasto público para expandir los servicios sociales y de bienestar, con impuestos finalistas para sufragar la mejora de la sanidad, la educación, la atención a los mayores, etc., y pone como ejemplo la creciente popularidad de Grodon Brown, ministro de Hacienda británico, desde que aumentó la presión fiscal para recuperar la sanidad pública depauperada por los gobiernos conservadores de Thatcher y Major. «La gente comparte esos objetivos», asegura. Navarro propone, además, el establecimiento de un derecho ciudadano de acceso a servicios sociales secundarios, como guarderías o la atención domiciliaria a dependientes -«que no quiere decir que sean gratis, sino con sistemas de copago en función de las rentas»- y reclama al PSOE, como futura alternativa de gobierno, «un mayor grado de compromiso con el Estado del bienestar».