La Policía duda de la pericia del comando Levante para realizar la campaña de verano
ETA no se fía de sus nuevos y muy jóvenes activistas. El descubrimiento el miércoles en un monte de Valencia del arsenal que el desarticulado comando Levante iba a utilizar en su campaña de verano ha confirmado las sospechas de los expertos de
Los técnicos de ETA habían proporcionado a Iñigo Vallejo y Aitzol Maurtua varias técnicas y trucos para evitar accidentes y errores. Aún así, y a la vista de las precauciones de la banda, la Policía no cree que los dos jóvenes tuvieran la pericia y la experiencia suficiente para protagonizar la ofensiva estival que tenían prevista. Según desvelaron ayer fuentes de la lucha antiterrorista, las dudas policiales sobre la capacidad del detenido y el huido se basan en datos muy concretos a la vista del hallazgo de los zulos de Cortes de Payás. La primera sorpresa de los técnicos del Tedax de la Policía es que, por primera vez, ETA no había facilitado a sus activistas el explosivo listo para estallar. Las fuerzas de Seguridad encontraron en los escondites los componentes por separado (96''5 kilos de clorato, doce kilos de azufre, doce de azúcar) para fabricar 130 kilos del denominado «cascabarro», la cloratita crítica de manufactura casera que ETA viene utilizando desde el final de la tregua. Esta sustancia se obtiene de la degeneración de la cloratita clásica, utilizando clorato sódico y no potásico. El «cascabarro» es mucho más potente que la cloratita, pero también mucho más inestable.