Los populares atribuyen el distanciamiento a una estrategia electoral de la federación catalana
CiU advierte al PP de que no olvidará su nacionalismo a pesar de los pactos
CiU advirtió ayer a Gobierno y PP de que jamás renunciará a sus ideales y principios nacionalistas, aunque sus convicciones puedan romper pactos como el que ambas formaciones mantienen desde hace tres años en el Parlamento de Cataluña. Los nacionalistas catalanes asumen el peligro de poder quedarse solos en el Gobierno catalán, sin mayoría suficiente que les deja a merced de los populares, pero prefieren correr este riesgo que hacer concesiones a José María Aznar en asuntos de fondo con los que no están de acuerdo. Desde el Partido Popular se entiende que el distanciamiento de CiU se debe a una estrategia electoral, mientras este partido considera «muy positivo» la apertura de un período de reflexión en sus relaciones con el PP, a instancias del partido en el Gobierno, pero insiste en la necesidad de retomar en privado, sin polémicas públicas, la senda del diálogo fluido. La federación rechaza un eventual adelanto de las elecciones autonómicas catalanas, previstas para octubre de 2003, al entender que esta posibilidad beneficiaría probablemente al PSC de Pasqual Maragall. Intereses Artur Mas, consejero jefe de la Generalitat, restó ayer drama a la crisis abierta con los populares y se limitó a señalar que cuando llegue el debate de presupuestos cada grupo votará en función de sus intereses. Los portavoces parlamentarios de CiU y PP, Xavier Trias y Luis de Grandes, respectivamente, ya reiniciaron estas conversaciones entre bambalinas en la misma tarde del lunes. Lo hicieron poco después de que el secretario general de los populares, Javier Arenas, anunciase, tras la habitual reunión de maitines, la apertura de un período de reflexión por tiempo indefinido en las relaciones entre el PP y CiU.