Piqué y Straw intentan desbloquear la negociación sobre Gibraltar

Los portavoces oficiales del Foreign Office británico se limitaron ayer a desmentir las informaciones publicadas en la prensa española que afirmaban que el ministro Straw iba a informar a su colega español en el transcurso de la cena del abandono británico de la negociación. El reconocimiento de dificultades no descarta que ambos gobiernos lleguen a suscribir en fecha próxima una declaración conjunta. Está previsto que ambos ministros mantengan en julio una reunión formal del proceso de Bruselas, a la que ya se han comprometido. Las dificultades en la negociación sobre Gibraltar no estriban en la cuestión general de la soberanía. Ambas partes están de acuerdo en iniciar un proceso de soberanía compartida y no existe una objeción británica a que España mantenga su aspiración a la plena soberanía, si hay renuncia británica. Tampoco sobre la base militar en el Peñón. Straw afirmó, la pasada semana, ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, que un acuerdo de soberanía afectaría a todo el territorio. Y ambas partes reconocen que es posible llegar a acuerdos sobre el uso británico de la base. El bloqueo de la negociación estriba en las diferencias sobre lo que debe ocurrir después de que ambos gobiernos firmen una declaración conjunta. La parte británica se ha comprometido a celebrar un referéndum de la población gibraltareña para ratificar el acuerdo global. En el referéndum, según Straw, se sometería a consulta un borrador de tratado, que incluiría el acuerdo general de soberanía y todos los aspectos del autogobierno gibraltareño que resultarían de una negociación con el Gobierno de Peter Caruana posterior al acuerdo hispano británico. Londres ha endurecido en las últimas semanas su posición sobre el referéndum. Jack Straw ha afirmado en los medios de comunicación y también en el Parlamento, la pasada semana, que ese paquete constitucional sería apartado de la mesa si la población gibraltareña lo rechaza. Para el Gobierno español, que considera el referéndum como una cuestión interna británica, la posición de Londres introduce el veto o la autodeterminación gibraltareños y una dilución del Tratado de Utrech, que concede exclusivamente a las dos coronas legitimidad para tratar sobre la soberanía. Por otra parte, el primer ministro de Marruecos, Abderramán Yusufi, afirmó ayer en Bruselas que lo importante para el regreso a España del embajador marroquí es que «las dos partes hagan los esfuerzos necesarios para que esta solución vea la luz lo más pronto posible». «La intención del Gobierno marroquí sigue siendo prepararse y trabajar para que este acontecimiento llegue lo antes posible», declaró el ministro Yusufi, que no dio ninguna fecha para el retorno del embajador tras la crisis diplomática.