Álvarez Cascos mantiene sus críticas frente a los llamamientos a la prudencia de su partido

La dirección nacional del PP reclamó ayer al ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, «más prudencia» y que exprese sus opiniones sobre asuntos internos del partido a través de los «órganos habituales» y no en público. Una prudencia que Álvarez Cascos exigió, por el contrario, a quien difunde las encuestas que utiliza el PP en el proceso de elección de sus candidatos a las elecciones de 2003, en referencia implícita al actual número dos del partido, Javier Arenas. El partido en el Gobierno eligió ayer a su portavoz, Rafael Hernando, para replicar al ministro, que el lunes quebró la disciplina del partido y criticó abiertamente que el PP cometa el «grave error» de realizar encuestas para elaborar listas electorales. El coordinador de Comunicación del PP le vino a recordar que, según las directrices marcadas desde hace años en este partido, los «trapos sucios» deben lavarse en casa y no airearlos en el exterior para alimentar la polémica y la confusión. La dirección del PP pidió al ministro de Fomento que sea fiel a lo que «siempre defendió y practicó» cuando era el número dos del partido. La dirección del PP también precisó que todos los partidos siempre han utilizado encuestas como elemento de trabajo, aunque «en ningún caso determinan la elección de candidatos, proceso que siempre se realiza conforme a lo que determinan los estatutos». En este sentido, el propio presidente del Comité Electoral del PP y ministro de Justicia, Ángel Acebes, dejó claro que él será quien deba tomar «la última palabra», más allá de que el partido utilice instrumentos para esta toma de decisiones. Llamamientos que no sirvieron para nada: Álvarez Cascos entró de lleno en la batalla dialéctica y se reafirmó en todas sus críticas. El ministro agradeció, no sin ironía, «muchísimo» la sugerencia del coordinador de Comunicación del PP y, «como prueba de sinceridad», le pidió que si asume el papel de «repartidor de prudencias» del partido, amplíe sus consejos a quien difunde encuestas «denominadas de trabajo interno». A juicio del titular de Fomento, las «aguas tranquilas» del PP no se han agitado por sus manifestaciones, sino por divulgarse las encuestas internas que hace el partido sobre las elecciones, algo que «jamás» se había hecho hasta ahora. Denunció que «cuenta la historia al revés» aquél que le acuse de agitar el partido. «No acepto la inversión de la prueba. No he abierto en la opinión pública la polémica en torno a las encuestas, ni las he encargado para seleccionar o valorar la selección de candidatos, ni tampoco las he divulgado», subrayó el ministro. Sorpresa y perplejidad Advirtió a la dirección del PP de que si en la sede de Génova se han recibido con sorpresa y perplejidad sus críticas hacia las encuestas preelectorales y su divulgación, él tampoco encuentra explicación por las mañanas a las «cosas que se leen en los periódicos», en referencia a una publicación de sondeos que en el PP niegan de forma tajante. Álvarez Cascos argumentó que tras sus declaraciones no se esconde «ninguna teoría conspirativa» y que tampoco obedecen a «ningún ánimo de confrontar ningún tipo de estrategia con nadie». Dijo que, simplemente, son su opinión sobre un método de trabajo como las encuestas y las consecuencias de su difusión en los medios de comunicación. Arenas intentó trasladar ante la opinión pública una imagen de unidad y coherencia en el partido y asumió que su obligación, como número dos, es trasladar un «mensaje único del PP como proyecto global».