Aznar saca adelante con matices sus planes sobre terrorismo e inmigración

han sirvido para aprobar la línea de Aznar. Los acuerdos en materia de terrorismo -propiciados por el clima reinante tras el 11-S- han servido para dar carta de naturaleza internacional a la línea estratégica más profunda del Presidente español desde que llegara al Gobierno en 1996. Los objetivos de la Presidencia española se centraban en la lucha contra el terrorismo, la puesta en marcha de la circulación del euro, el impulso a las reformas económicas acordadas en Lisboa, la ampliación de la Unión Europea a los países del Este, el debate sobre el futuro de Europa, y las relaciones exteriores. Ha sido precisamente en este punto en el que se han evidenciado todas las debilidades de una Unión Europea obligada a ceder el protagonismo a Estados Unidos en la crisis de Oriente Próximo, adoptando -en el mejor de los casos- un papel secundario en la disputa entre israelíes y palestinos. Intereses Como se sabe, el trabajo de los semestres de Presidencia rotatoria depende fundamentalmente de una Agenda Comunitaria ya establecida, por lo que resulta sorprendente que en plena presidencia española la Comisión haya puesto sobre la mesa un documento incendiario para lesionar los intereses de España en Pesca y haya quedado aplazado para el siguiente periodo el debate sobre la financiación del capítulo agrícola, en el que España será uno más durante la Presidencia danesa. Francia sale victoriosa de la Presidencia de Española, al haber suavizado el calendario para la liberalización de la electricidad y eludir las sanciones de la Comisión si -finalmente- necesita saltarse los criterios del Pacto de Estabilidad (déficit cero). Asimismo, el Presidente Chirac ha reivindicado el papel de Francia como «país de acogida» ante los países del Magreb, e incluso los latinoamericanos; tras impedir que se aprobara la propuesta de la Presidencia española de sancionar a los países permisivos con la inmigración ilegal. La Presidencia danesa retoma ahora una Agenda más convencional, en la que tendrán que abordarse con ambición los grandes asuntos europeos -reformas económicas y sociales-; calendario de la ampliación; financiación de la Agricultura y futuro de Europa-, desafios que han quedado en segundo plano a lo largo de una Presidencia española volcada en dos asuntos de gran impacto social: terrorismo e inmigración. Inesperadamente, el tramo final de la Presidencia española se ha visto ensombrecido por una huelga general (20-J) dirigida a la línea de flotación de las reformas económicas que pretendia impulsar la Presidencia española para dar ejemplo a sus colegas europeos.