Aznar responde a las críticas de Cascos con elogios a la unidad del PP

En Francia, Alemania, Portugal e Italia los líderes del centro y la derecha envidian el modelo acuñado por el PP español y quieren emularlo. Ésta es la experiencia que ha vivido Aznar en los últimos meses y que este jueves utilizó como argumento para pedir a sus compañeros de partido que se sientan orgullosos del proyecto que representan. «Os lo digo para que estéis muy contentos del partido que tenéis», dijo y les animó a que afronten las adversidades y las críticas «igual que antes» de obtener la mayoría absoluta. Ni «arrogantes» ni «chulos» deben ser los dirigentes populares, según su presidente, porque «cuando uno tiene mayoría simple hay que procurar que no se note y cuando se tiene mayoría absoluta también». En línea con la pauta iniciada el lunes por Javier Arenas, que intenta zanjar y minimizar la polémica desatada por Alvarez Cascos, Aznar no entró en la discusión ni dio carta de naturaleza a la crisis interna que asomó estos días entre las filas de su partido. Sin embargo, lanzó un claro mensaje a sus dirigentes con la puesta en valor de la unidad del proyecto y la cohesión interna demostrada por el PP desde su refundación, lo que también le permitió denunciar las carencias de la oposición en este terreno. «Tenemos un proyecto, no 17 ni 52», dijo el jefe del Gobierno en alusión a la identidad de criterios de los populares en todas las provincias y comunidades autónomas. «No inventamos la confederación de partidos populares de la corona de Aragón ni la de Castilla», bromeó para ridiculizar la iniciativa de los socialistas. «La coherencia interna con nosotros mismos» fue otro de los méritos que atribuyó a su partido y recordó que la política a seguir quedó definida en el congreso nacional del pasado mes de enero. «Yo ya estoy curado de espanto», declaró el presidente y recomendó a los populares que no se preocupen por la conflictividad de los últimos meses en que las protestas contra el Gobierno se han incrementado considerablemente hasta llegar a la convocatoria de una huelga general. «En enero tocábamos el cielo, andábamos por él y ahora parece que estamos rasando la tierra todos los días», comentó en alusión a los buenos resultados que le atribuían las encuestas inmediatamente después de la celebración del congreso de enero y a la tensión política que ahora debe afrontar el Gobierno. «Ni una cosa ni la otra», concluyó. Aznar anunció que está deseoso de «ampliar las bases de apoyo» a la política de su Gobierno en los próximos meses, en referencia a las negociaciones del PP con CiU para presentarse unidos y con propuestas conjuntas en el debate sobre el estado de la Nación. Frente a la proliferación de iniciativas que atribuyó al Gobierno describió a los socialistas «levantando pancartas». Además, blandió la coherencia de la actuación del Ejecutivo en relación con su programa electoral frente a «los bandazos» del PSOE. Reprochó al líder del PSOE que pretenda «decir a todo el mundo que sí» porque esta pretensión le lleva, en su opinión, a seguir una estrategia política incoherente. «A lo mejor, en el próximo debate sobre el estado de la Nación nos enteramos que tiene criterio sobre algo», afirmó.