Los médicos afirman que los inmigrantes llegan sanos, pero enferman por la precariedad social

Los inmigrantes llegan sanos, pero enferman de precariedad sociolaboral; desean integrarse en el sistema sanitario, pero la rigidez burocrática les provoca una alergia vital que acaba empujándolos a Urgencias. Así ve la situación la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), que plantea mejorarla con medidas como la carpeta de salud del inmigrante, que incluiría su «historia clínica portátil» para asegurar una buena asistencia en caso de movilidad geográfica, o como la flexibilidad administrativa, que garantizaría su permanencia en el ámbito «natural» de la Atención Primaria. La realidad migratoria española está llena de tópicos falsos y creencias erróneas, que en el campo sanitario alcanzan incluso a parte de la profesión médica, necesitada -reconoce la SEMFYC- de «más formación e información». Tópicos falsos como el supuesto uso excesivo de los servicios de salud por parte de los extranjeros: como precisó ayer el médico de familia andaluz José Vázquez, incluso en zonas de fuerte presión migratoria como el poniente almeriense su porcentaje de consultas no pasa del 6-7%. Y creencias erróneas como el supuesto peligro infeccioso para la población local: como aclaró su colega José-Pelayo Galindo, en España «no hay condiciones de transmisión» de esas «patologías importadas», que no son más que un irrelevante iceberg de otras «enfermedades adquiridas aquí». Adquiridas aquí, y directamente relacionadas con unas condiciones de vida y de trabajo poco o nada saludables. Aunque quien llega es «un inmigrante joven y sano que viene a trabajar», su frecuente precariedad sociolaboral acaba convirtiéndose -como sucede en cualquier otro colectivo marginado, sea o no extranjero- en un dramático puente a la enfermedad. Lo expresa con claridad la SEMFYC en su documento «La atención al inmigrante: del aluvión a la solución razonable», que señala como factores de riesgo patológico a «la marginación, la soledad, el hacinamiento y la pobreza». Los problemas de salud más frecuentes, remacha el trabajo coordinado por Galindo y del que Vázquez es coautor, son «equiparables a los existentes en la población autóctona».