La sensación de provisionalidad está en los desayunos de las reuniones de los subsecretarios de Estado
Una posible crisis en el Gobierno desata los nervios entre los ministros
El ecuador de la legislatura, la necesidad de remover algunos ministros para alimentar las listas electorales y el final de la presidencia esp
Después de la huelga del 20-J, la sombra de los relevos planea sobre el Gabinete y la sensación de provisionalidad de algunos está en las conversaciones de los «anteconsejos» y en los desayunos de las reuniones de subsecretarios. «Yo estoy muy tranquilo, lo cual no quiere decir que el motorista no esté de camino», comentó en tono socarrón un ministro veterano y reflejó así el ánimo de muchos de sus compañeros que, en estas fechas previas a las vacaciones, no las tienen todas consigo y temen que les llegue el despido en cualquier momento. «Yo sólo sé que tengo Consejo de Ministros el dos de agosto», se tranquilizaba otro miembro del Gabinete que prepara la aprobación de un proyecto para la última sesión de la temporada. Otros, alimentan su ansiedad pulsando opiniones sobre la probabilidad de una decisión que sólo depende del presidente del Gobierno. «Nos merecemos unas vacaciones tranquilas», reclama un miembro del Gabinete que apunta la inconveniencia de dar a la oposición la baza de la crisis cuando, en su opinión, la huelga ha fracasado y la presidencia de la UE ha sido un éxito. «Me extrañaría mucho que hubiera cambios ahora y no veo la razón para relevar a los ministros tan pronto», añade y recuerda que, en cualquier caso, «Aznar no hace crisis, hace ajustes». Nadie se atreve a echar en saco roto la posibilidad de que el presidente mueva los sillones de alguno de sus ministros antes de las vacaciones, después del debate sobre el estado de la nación, pero la mayoría apuesta por una «movida» importante a final de año o, como mucho, en enero. «No se puede estar toda la legislatura con el mismo Gobierno», apunta un experto del PP. En el mes de mayo, Aznar sopesó los pros y contras de un cambio de equipo en el Gobierno y dirigentes populares señalaron la necesidad de tocar a varios ministros para hacer frente a las elecciones municipales del próximo año, que se presentan muy sombrías para el PP. «Necesitamos un revulsivo para fortalecer la iniciativa y afrontar las elecciones», señaló entonces un dirigente que era partidario de hacer cambios en julio para que los nuevos ministros tuvieran ocasión de estudiarse los Presupuestos Generales durante el verano y los candidatos pudieran prepararse con tiempo para la batalla electoral. La tesis más aceptada ahora es que conviene dejar pasar, al menos, el verano para eludir las consecuencias de la huelga y acercar cualquier movimiento a la convocatoria electoral. Incluso cobra fuerza la hipótesis de que la crisis se aplace hasta enero del próximo año, precisamente en la misma fecha en la que se produjo la de la pasada legislatura.