Marruecos comunica a España que no se retira de Perejil porque es suyo

La OTAN considera que la ocupación del islote de Perejil por parte de gendarmes marroquíes es «una acción inamistosa que perturba el status quo» y es «contraria» al Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Voluntad de 1991 entre España y Marruecos, por lo que «el status quo debería restablecerse inmediatamente en interés de todos», según explicó ayerel portavoz de la Alianza, Mark Leity. Por su parte, la Comisión Europea advirtió a Rabat de que sus relaciones con la UE se resentirán si no facilita una solución diplomática rápida a la crisis de Perejil y exigió el fin inmediato de la ocupación de ese «territorio de la Unión». El Gobierno español no va a aceptar que Rabat imponga una política de «hechos consumados» tras la ocupación militar de Islote Perejil y el anuncio oficial, este lunes, de las autoridades marroquíes de que mantendrán su presencia en el peñón. Este fue el mensaje del presidente José María Aznar, que abrió su intervención en el debate sobre el estado de la nación dando muestra de la firmeza del Ejecutivo en el contencioso con el país alauí, al que exigió, de nuevo, que sus tropas abandonen el enclave. El Ministerio de Exteriores, ayer, se apresuró a advertir a la diplomacia del país vecino que la soberanía de las plazas españolas en el norte de África nunca será objeto de negociación alguna. El departamento que dirige Ana Palacio, cinco días después de la invasión del islote, estudia ya la posibilidad de aumentar la presión sobre Rabat. Aznar, ante el pleno de la cámara baja, no quiso ocultar las inmediatas repercusiones de la invasión de Perejil que, dijo, «sólo contribuye a empeorar las relaciones que debían ser las normales entre dos estados vecinos». El secretario general de PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó su respaldo a la política del Ejecutivo en este contencioso. España no descarta ningún tipo de acción.