Los inmigrantes de la Universidad de Sevilla inician huelga de hambre
Los inmigrantes encerrados en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, en su mayoría argelinos, han iniciado una huelga de hambre, que aseguran será «indefinida», ante «el silencio gubernamental sobre la petición de regularización en España». Después de varios días sin la figura de un portavoz, los integrantes de la protesta ha elegido a Toufik, que afirmó que están «desesperados» y necesitan aumentar la presión al Gobierno para «conseguir los papeles». La situación en el interior del Pabellón de Deportes cubierto, donde se encuentran, es muy tensa, ya que discuten constantemente y muchos ingieren algunos alimentos, desmarcándose de la protesta. Por si se produjeran problemas físicos, el centro universitario ha dispuesto un operativo sanitario de emergencia. Cruz Roja, Médicos del Mundo y el Servicio Andaluz de Salud también han puesto a disposición de los encerrados unidades móviles sanitarias, aunque según Toufik, «muchos tienen miedo a ponerse enfermos, porque los trasladarían a un hospital y serían detenidos al carecer de documentación», como ya ocurrió con uno de ellos que se hirió una mano y tras ser atendido en un centro hospitalario, fue detenido y puesto a disposición judicial. Según el coordinador del equipo jurídico que ha estado tramitando la documentación de los inmigrantes, Andrés Rodriguez Benot, «antes de iniciarse la huelga de hambre, un grupo de unos veinte personas pidió que se reabriera la Comisión Jurídica de forma temporal, para entregar sus documentos y así obtener el resguardo correspondiente; una especie de salvoconducto que permite salir del recinto» y circular por el país sin ningún problema. El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, asegura que «para quienes no sigan este trámite, no habrá solución». Por su parte, la Comisión Gestora de la UPO calcula que quedan unas 230 personas en el encierro, aunque según Rodriguez Benot, «dudo que todos estén en huelga de hambre. Ha sido una medida impuesta por un sector radical dentro del encierro».