Primer acuerdo tras 142 años de olvido
El acuerdo provisional de este sábado entre Rabat y Madrid sobre la desmilitarización de isla Perejil es el primero de la historia sobre este enclave. Hasta ahora, había sido olvidado, unas veces de manera voluntaria y otras no tanto, en los tratados entre los dos estados, que habían preferido eludir la cuestión en lugar de resolverla. 142 años después de la firma del primer tratado hispano-marroquí de 1860, el islote tendrá, previsiblemente, su primera consideración oficial como tierra de nadie y desmilitarizada. Esta situación de facto, sin embargo, se venía dando en la isla desde que en 1960, cuatro años después de la independencia de Marruecos, los últimos militares españoles abandonaran el peñón. Desde entonces, y sin que mediara ningún documento entre Madrid y Rabat, las patrulleras de la Guardia Civil recalaban de vez en cuando en las aguas de Perejil en sus misiones para combatir el narcotráfico y la inmigración ilegal. Por su parte, los barcos militares marroquíes se limitaban a patrullar las aguas cercanas, aunque sin desembarcar en la isla. El acuerdo de este sábado de mantener Perejil desocupado, no obstante, no es el primer compromiso de los gobiernos de ambos países de no instalar en el islote una presencia militar continua. Durante los últimos días, varios historiadores se han referido a un tratado secreto entre Hassan II y el general Francisco Franco en una entrevista que ambos mantuvieron el 6 de julio de 1963. En aquel encuentro, cuyo contenido nunca se dio a conocer, se decidió el fin de la ocupación española del Ifni, se sentaron las bases sobre el futuro del Sahara español y se pactó que Rabat no volvería a reivindicar Ceuta y Melilla y los otros tres «indiscutidos» enclaves españoles en el norte de África (el archipiélago de Chafarinas, el peñón de Vélez de la Gomera y la isla de Alhucemas). Valor estratégico También, el rey alauí y el anterior jefe del Estado acordaron entonces de facto no enturbiar las relaciones bilaterales con el futuro de Perejil, una isla con un valor estratégico en decadencia y con mucha menos importancia que el resto de las plazas españolas. El acuerdo que los ministros Ana Palacio y Mohamed Benaissa terminarán de cerrar a partir de este lunes supone también abordar una cuestión que ambas partes prefirieron enterrar cuando en 1986 se redactó el Estatuto de la Ciudad de Ceuta. En el borrador de aquel documento, España incluyó como territorio ceutí el disputado enclave. Las autoridades de Rabat pusieron entonces el grito en el cielo y Madrid retiró del Estatuto toda referencia al peñón, que no obstante siguió apareciendo en todos los mapas y atlas editados en la península como enclave de soberanía española, con un estatus idéntico al de Chafarinas, Vélez o Alhucemas. Fuentes diplomáticas señalaron este sábado, poco después del anuncio del acuerdo con mediación estadounidense, que en las negociaciones que ambos países entablarán a partir de mañana, España quiere cerrar un «documento oficial y escrito» sobre el futuro de Perejil.