Acusa al Gobierno vasco de intoxicar con una posible tregua de ETA para vender su idea soberanista
El catedrático Llera deja Euskadi presionado por la banda terrorista
La presión del entorno proetarra ha provocado que otro intelectual vasco deje Euskadi. En esta ocasión es Francisco José Llera, director del Eusko
La Universidad del País Vasco concedió a Llera un año sabático para que pudiera aprovechar «el grandísimo honor de haber obtenido la cátedra Príncipe de Asturias de Georgetown». Pese a asegurar que éste es el motivo principal por el que abandona el País Vasco, Llera no oculta que las presiones que ha recibido coinciden con esta oportunidad y, por tanto, han influido en su decisión de marcharse. «Creo que en el País Vasco nos empujan a muchos, de hecho hay muchos que se han ido empujados», dijo. Las razones para estas marchas, según reconoció, no son «específicamente económicas o laborales», sino que influye en buena medida «el clima social, de expectativas y de tranquilidad». «Hay gente que está deseosa de que los que sobramos nos vayamos», lamentó. No quiere ser un exiliado Aunque aseguró que no tiene la sensación de convertirse en un «exiliado» -«no quiero tenerla, porque sería tanto como perder una parte de mi dignidad»-, dijo que en algunos momentos puede parecer que está abandonando el barco, una «sensación agridulce» que él mismo tiene en ocasiones. «Hay que mirar lo positivo, porque lo negativo te hace daño a ti mismo», dijo. «Cualquiera puede hacer un balance de agravios, ya que, institucionalmente, la Universidad deja mucho que desear», señaló. De hecho, Llera, afiliado del PSE, ha llegado ha solicitar amparo al rector de la UPV, Manuel Montero, hasta en cinco ocasiones, sin que éste atendiera a su llamada. También recordó las tensiones que surgieron en la Universidad del País Vasco tras la retirada de la cátedra a Edurne Uriarte, profesora amenazada por ETA. Sus críticas se extendieron al Gobierno vasco, al que acusó de «narcotizar e intoxicar» a la sociedad vasca con rumores sobre una posible tregua de ETA con un solo objetivo: «vender su moto soberanista». La fractura social, dijo, es un hecho, y exigió al lendakari, Juan José Ibarretxe, «no edulcore» la realidad, porque eso «conduce a la erosión de los valores democráticos y de la confianza en todas las instituciones». «Creo que el nacionalismo vasco tiene serias dificultades con la democracia, derivados de su mal diagnóstico de su relación con el terrorista», dijo Llera, que se mostró convencido de que la sociedad vasca es «moderada, integracionista y no quiere la aventura» la autodeterminación, que tachó de ilegítima. «Es el nacionalismo el que dice que comparte los fines y no los medios (de ETA), una frase desafortunadísima y muy grave, porque si comparte los fines tiene que compartir los principios», sentenció.