Aznar pide al cura de Maruri seguir en su puesto y pide reacción a Euskadi

Para el presidente del Gobierno resulta curioso que haya algunos que se permitan hablar de la calidad de la democracia española cuando son los que toleran que políticos, jueces, intelectuales, artistas y estudiantes tengan que ir escoltados. Lo que está ocurriendo en el País Vasco es un «auténtico exilio» que afecta a miles de personas y que es similar a un «exilio intelectual» que no se vivía en España desde lo ocurrido durante la Guerra Civil. El ministro de Justicia, José María Michavila, también confió en que el Gobierno vasco se ponga ya del lado de los que apuestan por la convivencia y la cohesión y no vaya de la mano de los que apoyan la violencia o la exclusión. Para el ministro, en este momento, hay en España dos ámbitos: «los que apostamos por la cohesión, la convivencia, las libertades, el apoyo a las víctimas y el esfuerzo del Estado contra el terrorismo» y los que en vez de «coger esa prioridad y trabajar en esa dirección, lo hacen en otra bien distinta, que es la de la exclusión y la de ir de la mano de quienes apoyan la violencia». Convivencia Por ello, el titular de Justicia deseó «sinceramente» que el Gobierno vasco «vaya a la primera posición», la de los que apuestan por la convivencia pacífica. Por su parte, el presidente del Partido Popular del País Vasco, Carlos Iturgaiz, consideró que Maruri ha puesto «en la diana» al párroco con una misiva «bochornosa» enviada por el Ayuntamiento del PNV, lo que «demuestra lo desaprensivos que pueden llegar a ser estos ediles, cuyo único objetivo es hostigar y eliminar a todo el que no piensa en clave nacionalista como ellos». Pidió al Partido Nacionalista Vasco que desautorice la actuación de sus concejales de Maruri y que exija la salida de Batasuna del gobierno municipal, a la vez que emplazó al Gobierno Vasco a «dejarse de palabrería y hacer efectiva una política activa contra ETA y su entorno violento». Condena a una etarra La Sección Tercera de la Audiencia Nacional ha condenado a 119 años de prisión a Miguel Angel Gil Cervera, alias Kurica, por un atentado contra una patrulla policial perpetrado en noviembre de 1984 por un delito de asesinato terrorista y otros cuatro de asesinato frustrado. De tan amplia condena, sin embargo, el etarra sólo podrá cumplir 30 años, como marca la Ley.