ETA quiso provocar una masacre en Santa Pola con 50 kilos de explosivos

La magnitud de la carga utilizada por los terroristas provocó que el vehículo utilizado para cometer el atentado quedase convertido en un amasijo de hierros humeantes, lo que ha dificultado la investigación iniciada por los Servicios de Información de la Guardia Civil, que han asumido la realización de las pesquisas. Para ello, fue necesario mantener acordonada la zona del atentado -la calle Azorín de Santa Pola y adyacentes- también a lo largo del día de ayer, para ir recogiendo y analizando los restos de la explosión de manera pausada y concienzuda. Sólo a última hora de la mañana de ayer, el ministro Acebes pudo ofrecer, en rueda de prensa celebrada en la sede de la Subdelegación del Gobierno de Alicante, los primeros resultados de las indagaciones. Los análisis periciales apuntan que ETA utilizó como carga explosiva unos 40 kilogramos de cloratita reforzada con otros diez de dinamita industrial, conocida como titadine. En total, unos 50 kilogramos de explosivos, una carga de inusual potencia destructora: la carga habitual de los coches bomba de ETA tienen, como media, la mitad. El vehículo utilizado por los terroristas fue un turismo marca Ford, modelo Escort, de color azul oscuro, robado el pasado 5 de julio en la localidad francesa de Montpellier. Es la quinta vez en lo que va de año en que ETA recurre a coches robados en Francia para cometer atentados en Francia, y el dato llevó a los expertos antiterroristas del instituto armada a atribuir el crimen a un comando itinerante de la organización terrorista desplazado desde el país vecino para perpetrar el atentado, tal y como ocurriera en las anteriores ocasiones. Acción precipitada Otro de los datos manejados por los expertos de la Guardia Civil para atribuir el atentado a un comando itinerante y no a un grupo instalado en la zona levantina es el modo en el que operaron. Según sus primeras conclusiones, los terroristas abandonaron el coche bomba en la parte trasera del cuartel de Santa Pola minutos antes de su deflagración, un lapso no fácil de determinar pero que, en ningún caso, superaría la hora de duración. Los etarras utilizaron un temporizador para detonar la carga explosiva. Frente a lo sucedido en otras ocasiones, ningún comunicante anónimo alertó de la colocación del coche bomba: expertos del instituto armado se barruntan que, o bien los terroristas actuaron de acuerdo a planes prefijados, o bien optaron por asegurarse su huida sin alertar antes de tiempo de la colocación del coche bomba.