Sus familias se quejan de que los TEDAX acudieron ya tres veces por aviso de bomba y nadie hizo nada
Los guardias civiles denuncian la falta de seguridad de las casas cuartel
Las provincias del litoral mediterráneo son «zonas de especial riesgo» ante el «interés» de ETA de poner en marcha una campaña de verano en la q
El estado en el que se encuentran las casas cercanas al lugar del atentado
El pasado atentado, que costó la vida a un ciudadano que pasaba por el lugar y a una niña de seis años, hija de un agente y que vivía dentro del recinto, ha herido en lo mas hondo a los miembros del cuerpo. La indignación por la muerte de Silvia Martínez, de seis años de edad y que en el momento de la explosión jugaba dentro del cuartel con su madre, desató un aluvión de críticas de guardias civiles y de sus familiares contra políticos y responsables de la seguridad. El alcalde de Santa Pola, el socialista Francisco Conejero, visitó el lunes por la mañana, antes del entierro de Silvia, el interior de la casa-cuartel para solidarizarse con los guardias civiles y sus familias. Ayer, reconoció haber escuchado allí «palabras duras» pronunciadas por «guardias del escalafón más bajo» contra los responsables del cuerpo por la falta de medidas de protección y vigilancia del acuartelamiento. El recinto no disponía siquiera de una cámara de seguridad que habría permitido grabar a los integrantes del comando terrorista que aparcaron el coche bomba o tal vez les habría disuadido de perpetrar el mortal atentado que acabó con la muerte de dos personas inocentes. «Cuarteles para la paz» La necesidad de reforzar la seguridad de este tipo de edificios fue hoy un clamor entre los agentes destinados en Santa Pola. Uno de ellos, de alta graduación, analizó las características físicas del recinto y trató de justificar que la vulnerabilidad de estas instalaciones estriba en que son «cuarteles construidos para la paz, no para la guerra». Pero la Asociación de Familiares por la Dignidad de los Guardias Civiles, grupo que reúne a mujeres de numerosos agentes que conviven con ellos en el interior de los cuarteles, denunció a través de su vicepresidenta, Bárbara Campos Vizoso, que lleva mucho tiempo exigiendo al Gobierno un reforzamiento de las medidas de seguridad y la colocación de cámaras de vigilancia. Según esta mujer, al lugar del atentado perpetrado el pasado domingo «este año ya han venido tres veces los TEDAX por avisos de maletas-bomba y nadie hace nada». Bárbara Campos aseguró que en Alicante «solamente hay cámaras en la comandancia y en el destacamento de Tráfico», así que los terroristas «no ponen más bombas en el resto de cuarteles porque no quieren». Recordó que hace tiempo solicitaron audiencia con el subdelegado del Gobierno y otras autoridades para exponer estas quejas, pero nadie ha querido recibirlas. «Parece que el Gobierno piensa que (sus maridos) son mano de obra barata y los pueden dejar ahí metidos en guetos y el día que estalle una bomba pues que estalle. Son nuestras vidas y tenemos mucho miedo», protestó indignada y preocupada.