La playa de Santa Pola recobra la normalidad tras un minucioso rastreo
La tercera orilla que amaneció ayer cerrada al público fue la Gran Playa de Santa Pola (Alicante), acordonada por la Policía desde las 13.30 horas del viernes, una vez que un comunicante anónimo alertase al diario Gara de la colocación allí de una bomba en el mismo mensaje en el que advirtió del estallido del artefacto explosivo que reventó la hamburguesería «Queen Burger» de Torrevieja. Tras el peinado de la zona que este viernes efectuaron expertos en explosivos de la Guardia Civil, asistidos por perros adiestrados, el instituto armado recurrió ayer a excavadoras y tractores rastrillados para remover la arena de la playa en busca del artefacto explosivo, sin éxito, por lo que a última hora de la mañana los responsables del dispositivo decidieron dar por finalizados los trabajos y considerar el aviso como «falsa alarma», según explicó el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Alicante. La zona quedó abierta al público a las 15.00 horas de ayer. A partir de ese momento, bañistas que el viernes abandonaron precipitadamente sus pertenencias en la Gran Playa -sobre todo toallas, mochilas, sombrillas y tumbonas- pudieron, con permiso de los guardias civiles todavía presentes en la zona, retirarlos. Mientras, Torrevieja recuperó ayer la normalidad tras el atentado del viernes, y los expertos en explosivos analizan los restos del artefacto para determinar su composición y origen. Todos los vecinos pudieron volver a sus domicilios excepto los que residen encima de la hamburguesería.