Las fuerzas de seguridad, en alerta máxima
La ya inminente ilegalización de Batasuna ha puesto en jaque a las fuerzas de seguridad nacionales ante la posibilidad de que la banda perpetre nuevos atentados en señal de protesta. Los responsables del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil han reiterado en las últimas horas a todos los miembros de estos dos cuerpos la situación de alerta máxima que rige durante todo este verano en previsión de atentados de ETA. Según fuentes del Ministerio del Interior, los expertos antiterroristas no dudan que la banda buscará atentar de inmediato, como siempre ha hecho desde que la gestación y trámite de la Ley de Partidos puso a Batasuna al borde de la ilegalización. Gran despliegue Libranzas y vacaciones suspendidas, turnos doblados y desplazamientos urgentes a zonas denominadas calientes en el argot policial son algunas de las medidas adoptadas por los responsables policiales para organizar los dispositivos que tratarán de evitar o prevenir la posible comisión de atentados, según indicaron fuentes de los sindicatos policiales. Según estas fuentes, los expertos antiterroristas manejan la hipótesis de que la actual situación de ETA le forzará a actuar como hiciera en la costa alicantina a principios de agosto, mediante grupos itinerantes que atentan con explosivos de manera en la práctica indiscriminada. Pero no olvidan el último comunicado de la organización terrorista, una coacción directa de nuevo contra los integrantes de los partidos que, como PP y PSOE, han puesto a Batasuna en el disparadero. En este punto, estas fuentes sostienen que cabe entender la amenaza extendida a los miembros de CiU. Por su parte, el departamento de Interior del Gobierno vasco remitió la pasada semana a sus comisarías un informe elaborado por la unidad antiterrorista de la Ertzaintza que alerta a todos los agentes de este cuerpo para que extremen su autoprotección ante la posibilidad de que la banda terrorista ETA vuelva a intentar atacar a alguno de los miembros de este cuerpo policial. Los autores del documento llegaron a esa conclusión tras analizar varias recientes declaraciones de dirigentes de Batasuna y cómo fueron recogidas las mismas en el diario Gara, afín a la coalición abertzale.