La Ertzaintza clausura las sedes de Batasuna en las tres capitales vascas

La secretaria judicial y las dotaciones policiales se presentaron ante el local ubicado en la calle Arenal minutos antes de las cuatro y media de la tarde y fueron recibidos con gritos en contra de decenas de militantes que bloqueaban la puerta exterior de acceso. Una carga policial dejó expedita la entrada y varios agentes subieron al segundo piso que sirve de sede a Batasuna. Los dirigentes de la formación radical, encerrados en el local desde la tarde del lunes, se negaron a franquear la entrada a los efectivos policiales, por lo que estos se vieron obligados echar abajo, por la fuerza, la puerta blindada de acceso al local. Una vez dentro, los ertzainas se encontraron con que los ocupantes de la sede, entre ellos el portavoz de la coalición, Arnaldo Otegi, se habían encadenado al balcón y se negaban a desalojar el inmueble por su propia voluntad. Los momentos de mayor tensión tuvieron lugar cuando los agentes, tras romper una ventana, accedieron a la balconada para romper las cadenas y liberar a los dirigentes y militantes encadenados. Los aspavientos y gestos de oposición de Otegi o Carmelo Landa, que portaban carteles de «Batasuna adelante» y «Democracia para Euskal Herria», soliviantaron a quienes desde la calle presenciaban la escena. Forcejeos, alguna carga policial y consignas contra la Ertzaintza y el PNV y a favor de Batasuna, ETA y la independencia por parte de las decenas de personas concentradas en el exterior acompañaron al desalojo. Un varón de mediana edad tuvo que ser evacuado al perder el conocimiento durante la intervención de la Policía vasca. A las seis menos veinte de la tarde, y no sin esfuerzo, la Policía Autonómica Vasca logró su objetivo y, tras sacar uno a uno a los militantes de Batasuna, selló la sede. Gobierno colaborador Ya en la calle, Arnaldo Otegi arremetió contra «los fascistas españoles» a los que calificó de «obtusos mentales» y advirtió que no van a «aniquilar las ansias de libertad» del pueblo vasco. Y sus ataques no olvidaron al Gobierno vasco y al lendakari, a quien acusó de desoír sus llamamientos a la «responsabilidad nacional» para no colaborar ni «inmiscuirse en un ataque feroz que el Estado español plantea de manera genocida» contra Batasuna. En San Sebastián, los agentes penetraron a las cinco de la tarde en la sede que Batasuna tiene en la calle Arraste. Tras forcejear con varias personas concentradas en el lugar, los ertzainas cumplieron el auto judicial. Sede de San Sebastián Posteriormente se dirigieron a la sede central que Batasuna tiene en la capital guipuzcoana en el Paseo Larriona y sellaron el inmueble entre gritos e insultos de dos centenares de radicales, entre los que se encontraban los parlamentarios Permach o Salaberria. Las clausuras fueron respondidas con incidentes por parte de grupos violentos que quemaron contenedores y cruzaron barricadas y algún autobús en la zona del Boulevard, junto al ayuntamiento. Menos conflictivo fue el cierre del local de Batasuna en Vitoria. Las patrullas llegaron a la sede a las cuatro y cuarto de la tarde y se encontraron con la oposición inicial de una treintena de simpatizantes.