Aznar recuerda que la ilegalización de Batasuna no será el fin de ETA

El presidente del Gobierno recisó que la medida no va a ser la panacea que traerá la derrota inmediata de ETA, aunque tendrá su impacto en la organización terrorista. «A mí me gustaría poder decir que con las medidas que estamos tomando vamos a acabar ya con el terrorismo, me gustaría, pero no es así», confesó en el discurso con el que suele abrir el nuevo curso político ante sus seguidores y que centró, en esta ocasión, en el actual proceso de ilegalización de la coalición radical abertzale Batasuna. Un objetivo al que el Gobierno contribuirá con la aprobación en el Consejo de Ministros de este viernes de la demanda que presentará la próxima semana ante la Sala Especial del Tribunal Supremo. Aznar apuntó que el paso dado contribuirá a hacer más difícil la vida del entorno de la banda terrorista ETA y restará capacidad operativa a los terroristas, pero no supondrá el cese automático de los atentados porque en el futuro todavía «tendremos que pasar por nuevos sacrificios». Precisó que la petición de ilegalizar a Batasuna no está guiada por «el odio ni tampoco por el rencor», sino que es fruto de «la razón» en que se sustenta la democracia que necesita tomar medidas defensivas para arropar «a quienes expresan su opinión con toda libertad y votan a quien quieren cuando se avecinan las elecciones». Señaló que el odio, en cambio, es patente en los dirigentes de la formación radical, como se expresa en «los gritos, en las pancartas y en las amenazas» que lanzan. «Es», remachó, «el odio de los que saben que pierden la impunidad». Madurez Aznar narró a los asistentes a la cena que este verano leyó un libro sobre el nazismo, en el que un integrante de las juventudes hitlerianas reconocía que «es realmente estupendo poder pegar sin que te devuelvan en golpe». Ese mismo pensamiento, dijo, es trasladable a la coalición radical aberzale Batasuna y «ese mismo odio y esa misma impunidad es la que estamos combatiendo». El presidente del Gobierno indicó que la decisión se ha adoptado ahora y no antes porque «hemos alcanzado ese nivel de madurez y desarrollo que hace 25 años era simplemente un sueño». En la actualidad, prosiguió, la democracia en España está madura y actúa «sin complejos y sin pagar peajes». Esta y no otra es la razón que permite «comportarnos como una democracia normal», que «se defiende de quienes quieren acabar con ella». Aznar, en alusión a los nacionalistas vascos, aclaró que los únicos enemigos «son los terroristas» y «nadie» más que ellos debe sentirse «perjudicados» por la ilegalización. Lamentos Lamentó, no obstante, que «en esta hora no todos hayan estado a la altura de las circunstancias» y con su actitud hayan perdido «la oportunidad de votar sí a la libertad frente al terror», un mensaje en esta ocasión dirigido a todos los nacionalistas catalanes, cuya abstención, por resultar inesperada, irritó sobremanera a los populares.