Dirigentes y militantes de la coalición abertzale dirigen sus iras contra el PNV y el Gobierno vasco

Batasuna parece haber decidido volcar sus iras por la suspensión de sus actividades y el inicio del proceso para su ilegalización contra el PNV, presión que busca forzar a este partido -y al Gobierno que sustenta- a romper con el Estado español y ponerse de su parte. A las invectivas de sus dirigentes se sumaron ayer los primeros ataques de jóvenes simpatizantes de la coalición abertzale contra los batzokis -sedes sociales- del partido que lidera Xavier Arzalluz. Son incidentes menores, pero que empiezan a sembrar la alarma entre los dirigentes nacionalistas, que sospechan que conforme pasen los días pueden reproducirse incluso con mayor virulencia. Los discursos de dirigentes de Batasuna, como Arnaldo Otegi o Joseba Permach, responsabilizando al PNV de la aplicación del auto del juez Baltasar Garzón por el que se ordena el cierre de sus sedes por su vinculación a ETA se han traducido en las últimas horas en ataques contra sedes de la formación nacionalista. En Durango (Vizcaya), en la noche del miércoles, jóvenes que protestaban contra el cierre de la sede de Batasuna en esa localidad protagonizaron diversos altercados públicos y apedrearon el batzoki del pueblo, cuyos cristales exteriores quedaron reducidos a añicos. En Rentería (Guipúzcoa) también se produjeron incidentes callejeros en los que algún cascote alcanzó el local del PNV. El pasado martes le tocó el turno al batzoki de Sestao contra el que los radicales arrojaron huevos con pintura roja y amarilla. Y la sede Burtzeña (Baracaldo) amaneció con pintadas en las que se puede leer «PNV sumiso a España» o «PNV traidor». Otro incidente. Tres jóvenes, dos chicas de 18 años y un varón de 17, fueron detenidos ayer por agentes de la Ertzaintza en el barrio de Alza, de San Sebastián, cuando pintaban en las paredes frases como «Garzón fascista», «Batasuna adelante» o «PNV español».