Errazti, eztadizta

¿Quién habrá aconsejado a la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, convocar una manifestación apoyando, sin decirlo explícitamente, claro, a Batasuna frente a su más que probable ilegalización? ¿Quién habrá aconsejado a la estadista Errazti una tal iniciativa, precisamente cuando el partido con el que EA gobierna, el PNV (bueno, es más bien el PNV quien gobierna con EA), acaba de desautorizar manifestaciones en el mismo sentido? Está claro: EA, que se reclama, muy legítimamente, independentista, quiere heredar los votos de una presuntamente ilegalizada Batasuna. La misma estrategia que un sector (no el del lendakari, pero sí el de Arzalluz y Egíbar) del PNV: radicalizar el lenguaje frente «a Madrid». Todo sea por captar una buena porción de esa tarta que son los 150.000 votos de Batasuna. El caso es que aumenta la confusión: mucho protestar contra la marginación legal de la coalición proetarra, pero, en el fondo, todos (o sea, PNV y EA) encantados porque un competidor deja de estar en la carrera por los votos. Será interesante ver hasta dónde llegan los unos y los otros en la competición por quedarse con esos preciados votos. ¿Llegarán a gritar «Gora ETA» en sus mítines? ¿A decir que el sur de Francia debe incorporarse ya mismo, con Navarra, a Euskal Herria? ¿A proclamar, ellos, tan buenos (demo) cristianos el odio al capitalismo? ¿A figurar entre los antiglobalización? ¿Veremos a Garaikoetxea, otro estadista, con un aro en la oreja? El caso es que la confusión, ya digo, crece. A ver qué ocurre con la manifestación de mañana sábado en Guetaria: lo más probable es que dos centenares de militantes de EA (no tiene muchos más, me temo), ninguno del PNV y casi ninguno de Batasuna (porque el oportunismo de la «estrategia Errazti» es evidente) paseen una pancarta en el paradisiaco pueblo, testigo del ridículo espantoso.