Diario de León

El Gobierno alauí incumple el acuerdo de Perejil y el Tratado de Buena Amistad con su negativa de acudir a Madrid

España acusa a Rabat de aferrarse a una excusa para impedir las relaciones

El Gobierno español cree que Marruecos se aferra a simples «excusas» para suspender la reunión bilateral que los responsables de As

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Marta Suárez - MADRID.
León

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«¿Qué iniciativas vamos a tomar nosotros? A mí, el Gobierno de Marruecos no me ha transmitido que esté esperando ningún gesto», aseguró la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que se vio sorprendida la pasada madrugada del domingo por la llamada de su homólogo Mohamed Benaisa. «Dos no se entienden si uno no quiere», recordó. La ministra Palacio no cree que la cancelación del encuentro tenga que ver con la cercanía de las elecciones generales de Marruecos -que se celebrarán el próximo viernes- y en las que no compite Benaisa, que no forma parte del Ejecutivo alauí porque depende directamente del monarca Mohamed VI. Sin embargo, el jefe de la diplomacia alauí podría ser sustituido tras los comicios, por lo que en breves días dejará de ser el interlocutor de la ministra española. La jefa de la diplomacia también cree que la actitud del país vecino se debe, en el fondo, a la cuestión del Sahara. Fuentes gubernamentales consideran que la reivindicación de Ceuta y Melilla -aprovechando las conversaciones de Madrid y Londres sobre Gibraltar- son una simple desviación de la atención sobre la antigua colonia española. Mohamed VI Después de que el Ejecutivo español reiterara públicamente la semana pasada sus intenciones para reconducir las relaciones bilaterales e impedir que choques como éste se repitieran, son pocos quienes dudan ya que la crisis no se resolverá hasta que el rey Mohamed VI lo decida. Un monarca que ha mostrado una animadversión personal hacia el presidente español, José María Aznar. Con la cancelación, Marruecos incumple el acuerdo firmado en julio a instancias de EEUU tras el enfrentamiento por Perejil, por el que ambos países se comprometen a «mantener una postura pública constructiva en torno a la resolución de esta disputa en su mutuo interés, sin ganadores o perdedores», y a «desarrollar el acuerdo de buena fe» con un calendario de reuniones que comenzarían en septiembre. Además, fuentes diplomáticas recordaron que Rabat vulnera también el Tratado de Cooperación y Amistad suscrito por ambos países en 1991 al llamar a consultas a su embajador en Madrid sin explicar los motivos por los que tomaba tal decisión. Por su parte, los partidos de la oposición expresaron su respaldo al Gobierno. La responsable socialista de Relaciones Internacionales, Trinidad Jiménez, acusó a Marruecos de cometer «una torpeza diplomática» y de provocar «una cancelación ficticia» del encuentro. No obstante, afirmó que el Ejecutivo tiene «suficiente margen de maniobra» para reconducir la situación y anunció que el PSOE pedirá a Palacio una reunión con todos los grupos parlamentarios para buscar soluciones a esta situación «insostenible». Para Izquierda Unida las responsabilidades de este «sainete» son compartidas porque, aunque la culpa «fundamental» es de Marruecos, el Gobierno español ha cometido el «error de caer en la trampa y pecar de ingenuo». Gaspar Llamazares cree que las autoridades alauíes, en vísperas de elecciones, serán las más beneficiadas porque «venderán la actitud colonialista» de España.

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