El Gobierno reclama a Rabat una nueva fecha para recuperar contactos

Aznar, no obstante, trató de rebajar la tensión y recomendó mantener la calma para no caer en provocaciones fáciles. «Serenidad e intentar el diálogo» fueron sus recetas para reconducir la crisis. El miembro del Gobierno más encendido en sus declaraciones fue el ministro de Defensa, Federico Trillo, quien tachó de «esperpento» las protestas de Marruecos, que confundió un avión de Tele 5 con otro militar. Para Trillo, la «desproporcionada» reacción de Rabat demuestra su «errática» política exterior y su falta de voluntad de dialogar con Madrid. Fuentes diplomáticas aseguraron que existen documentos gráficos que prueban que fue Marruecos quien provocó el incidente del domingo y en las que se muestra una zodiac de ese país que se dirige a Perejil. Compromiso Más comedida se mostró la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, quien evitó hacer cualquier declaración que pudiera servir de excusa a Marruecos para enconar aún más las deterioradas relaciones. La jefa de la diplomacia pidió al Gobierno alauí que cumpla el «compromiso» que, a instancias de EE.UU., Madrid y Rabat asumieron tras el desencuentro del islote Perejil, y según el cual celebrarían reuniones bilaterales periódicas como la que Marruecos anuló el lunes. Ante este nuevo incidente, EEUU se ha visto obligado a mediar otra vez entre los ambos países. Antes de intervenir en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados para exponer los principales objetivos de su Ministerio, Palacio explicó que se puso en contacto con su colega de Estados Unidos, Colin Powell, con quien comentó el «malentendido». También Marruecos difundió un comunicado en el que aseguró haberse puesto en contacto con la portavoz del departamento de Estado de Powell, Julie Reside, quien instó a ambas partes a buscar un entendimiento. Ana Palacio aprovechó su intervención para recordar a Marruecos que España es miembro de la Unión Europea y que, por lo tanto, cuando tiene un enfrentamiento con Madrid también lo tiene con toda la UE. Todo apunta a que la nueva reunión que España reclama tendrá que esperar y a que tendría como interlocutor marroquí a un nuevo ministro de Exteriores, puesto que el actual homólogo de Palacio, Mohamed Benaisa, podría ser sustituido tras las elecciones generales del próximo viernes en Marruecos. Unos comicios que, según la jefa de la diplomacia, no tienen la culpa de la suspensión de la reunión de Madrid porque no afectan a Benaissa, quien depende del rey y no del Gobierno. El hecho de que Benaisa sólo tenga que rendir cuentas y recibir órdenes del rey no hace más que confirmar las sospechas del Ejecutivo español que, aunque no lo dice públicamente, culpa directamente a Mohamed VI de los desencuentros con España y de boicotear la reunión. Su preocupación por el Sahara es la clave de la hostilidad marroquí y no Ceuta.