Interior identifica a Egoitz Gurrutxaga como el segundo etarra que pereció el lunes mientras manipulaba dinamita
El pleno de Donosti amanece con carteles de HB contra el PP y PSOE
Poco antes de las doce del mediodía de ayer, la sala de plenos del Ayuntamiento de San Sebastián volvió a registrar unos incidentes
Elorza no consintió la actitud de los ediles y les dió dos minutos para abandonar el salón. Precisamente, en ese momento, todos los demás concejales se levantaban también de sus asientos para acudir a la concentración en repulsa del atentado cometido el martes por ETA en Leiza y que le costó la vida a un agente de la Guardia Civil. Cuando regresaban para reanudar el pleno, los concejales de Batasuna ya habían abandonado el lugar. Ya por la mañana, al inicio de la sesión, los mismos concejales habían exhibido otras pancartas en las que se criticaban las actuaciones de la Guardia Civil y la Ertzaintza y se reclamaba el derecho de manifestación. Ocurrió justamente después de la intervención de la portavoz del Grupo Popular, María San Gil, que mostró su pesar por el atentado cometido el martes. Cuando terminó de hablar tomó la palabra Josetxu Ibazeta, de HB, que se refirió a los duros momentos por los que atraviesan Euskal Herria y los vascos. Identidad del segundo etarra El Departamento de Interior del Gobierno Vasco identificó ayer a Egoitz Gurrutxaga Gogorza como el segundo miembro de ETA muerto el pasado lunes al explotar la bomba que portaban mientras circulaban a bordo de un vehículo alquilado por el barrio bilbaíno de Basurto. De 28 años de edad y vecino de la localidad guipuzcoana de Rentería, Egoitz Gurruchaga tenía antecedentes policiales por participar en actos de violencia callejera e incluso fue detenido por la Policía Nacional en abril del año 2000. En la actualidad, el fallecido se encontraba en libertad condicional a la espera de que el Tribunal Supremo revisase una sentencia de la Audiencia Nacional que le impuso, en febrero del 2001, cinco años de cárcel por un delito de colaboración con banda armada. La misma resolución impuso dieciocho años y seis meses de prisión a Polo y Etxebarría.