Diario de León

OPINIÓN Fernando Jáuregui

«Objetivo militar de ETA»: las urnas

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Sigue ETA con su pomposo lenguaje, su fantochismo verbal. Dice que serán «objetivo militar» las sedes y actos de los dos partidos, los principales del país, el Popular y el Socialista. Los que suscribieron el pacto antiterrorista y, presumiblemente, llegarán a algún tipo de acuerdo no escrito para hacer frente a la amenaza política planteada el pasado viernes por Ibarretxe al anunciar que, a partir de este mismo lunes, se lanzará a elaborar unilateralmente un nuevo Estatuto de Autonomía para el País Vasco. Claro que nada tiene que ver ese anuncio de Ibarretxe con el recrudecimiento del terrorismo por parte de ETA. Nada y, al tiempo, mucho. Porque la sombra pegajosa y sanguinolienta de ETA impregna toda la política vasca: nada será real, ni honesto, ni democrático, con esa sombra «militar» (quieren decir mortífera, claro) vigilando el proceso. El lendakari puede, y es legítimo, plantear una segregación de España, si le parece bien ese paso que fraccionará irremediablemente a la sociedad vasca. Pero no puede enunciar ese programa de actuación mientras las pistolas y bombas de ETA sigan consideran «objetivo militar» a los partidos políticos que se oponen a ese diseño grato a los nacionalistas. No está Ibarretxe, en estos momentos, haciendo una defensa de la democracia y de las libertades: le guste o no le guste, juega con ventaja. La que le da que ETA condene a sus oponentes políticos, y no a las formaciones nacionalistas. «Objetivo militar» significa ser susceptible de que te coloquen una bomba, te peguen un tipo por la espalda, te secuestren. A los concejales y dirigentes del PP y el PSOE, a una niña que vivía en una casa-cuartel de la Guardia Civil, a un transeúnte que pasaba por ahí, a un subteniente jubilado... Vaya usted a saber qué es, en realidad «objetivo militar» para esa banda de delincuentes que ha pervertido las conciencias de los vascos hasta hacerles homenajear, como si fuesen héroes, a dos terroristas muertos cuando manipulaban explosivos con los que pensaban causar sufrimiento a los demás. Y que ha corrompido los modos de actuar de un Gobierno, el vasco, que permite esas pancartas fúnebres de apoyo a los frustrados asesinos. Este «objetivo militar» de ETA debe consistir en evitar la libertad en las próximas elecciones municipales, claro. Que ni socialistas ni populares puedan salir a predicar sus programas, ni presentarse en las listas. A los «militares», a los de la bomba clandestina y el tiro en la nuca a sus víctimas desarmadas, no les gustan las elecciones libres. Ni las municipales, ni las consultas populares de otro tipo. Si no es capaz de impedir las pancartas que convierten en héroes a los frustrados asesinos, ¿cómo va a garantizar el Gobierno vasco la igualdad y libertad en esas elecciones, o en un referéndum cualquiera? Lo terrible es que en los actos de autoexaltación del PNV, en el Alderdi Eguna, en los discursos patrióticos del lendakari, en las soflamas de Arzalluz, lo que hace y no deja hacer ETA parece mucho menos importante que organizar un referéndum de autodeterminación que significará el comienzo del enfrentamiento civil abierto (ya existe, pero larvado) entre los vascos. Estamos, sin duda, viviendo días de conmoción, y de nada sirve minimizar, como parece que tratan de hacer tanto el Gobierno central como el principal partido de la oposición (los otros parecen estar encantados con lo que está pasando), una situación potencialmente explosiva. No. Lo que está ocurriendo es grave. Y que nadie diga, por favor, que estamos dramatizando. Porque lo cierto es que están sucediendo cosas dramáticas en una parte de España, y eso nos afecta a todos.

tracking