La deserción de Esteve abre una brecha en la carrera de Mas
Cuando las elecciones se aproximan los debates y las tensiones aparecen con más intensidad entre los partidos políticos. Las formaciones guardan fuerzas para atacar a sus rivales y así allanar su camino electoral. Como si de una carrera de desgaste se tratara, la política encumbra a aquellos que esconden sus miserias y dan rienda suelta a sus cualidades. En este camino hacia la presidencia de la Generalitat de Catalunya, el proyecto de CIU ha topado con un gran socavón: la renuncia de Pere Esteve. El ex secretario de CDC se marcha del partido. Este ingeniero industrial afiliado a CDC desde 1976 se mantuvo siempre a la sombra del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Pese a haber ocupado la secretaría general del partido desde enero de 1996 hasta noviembre del 2002, nunca nadie pensó en él como recambio de Pujol. Ahora se marcha. Dice estar en desacuerdo con la dirección de CDC. Les acusa de no aplicar los acuerdos que se alcanzan en los congresos. Afirma con rotundidad que las discrepancias vienen de lejos aunque muchos se preguntan porque elige este momento para anunciar su dimisión. Pere Esteve y Artur Mas tenían una buena relación sin llegar a la amistad. Como compañeros de partido mantenían las buenas formas. Esteve, en un principio, pareció entender la inclusión de Mas como secretario general de CDC. El partido quería que el futuro candidato a la presidencia de la Generalitat fuera también el secretario general. El cambio de Mas por Esteve estaba programado. Controversia Pujol apostaba claramente por Mas como su recambio en el gobierno catalán. La relevancia de Esteve dentro de la formación fue decayendo. Su protagonismo quedaba en un segundo plano pese a conservar su plaza de eurodiputado. No obstante, el paso del tiempo quemó a Esteve que finalmente decidió plegar velas y marcharse a casa aunque no para siempre. La marcha de Pere Esteve deja en una complicada situación a Artur Mas. Pese a que la federación intenta unir fuerzas para no verse salpicada por esta renuncia con las elecciones a la vista, el electorado de CIU está viendo decisiones un tanto extrañas. Esteve renuncia insistiendo que la postura de CIU de pacto con el PP no es la más adecuada. Todo ello teniendo en cuenta que el mismo Esteve apoyó en dos ocasiones, 1996 y 1999, pactos con la formación popular. El político catalán considera que en aquellos tiempos esas decisiones estaban totalmente fundamentadas y cree que ahora no lo están debido a que el PP gobierna con mayoría absoluta.